Héroes y cazadores [Crossover: Boku no Hero Academia × Kimetsu No Yaiba]

Capítulo 20: Arma de doble filo

Zenitsu observa pasar a la Oiran Warabihime, quien caminaba con delirios de grandeza acompañada de dos señoras.

—Pueden irse. Estaré en mi habitación.

—Sí.

Zenitsu se va del sitio.

Dicha Oiran, quien era en realidad la luna creciente a la que buscaban, entró a la habitación.

Zenitsu, poco después, decidido, entra a la habitación. El joven nota que Warabihime ya no está.

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—¡Esta ciudad es muy bonita!— Himiko dice alegre estando vestida tradicionalmente. —Hay mucha gente que no conozco. Todos parecen muy amigables. ¡Ya quiero conocer a los cazadores!

Himiko llega a una de las tres casas en las que los cazadores se infiltraron.

—"Makio", ¿eh?

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—Las dos llegaron juntas, son muy trabajadoras.— Una Oiran de la casa Tokito dice refiriéndose a Tanjiro y a Ochaco.

—Muchas gracias.— Ochaco sonríe.

—¿Dónde dejo esto?— Tanjiro pregunta alzando pilas de prendas.

—Dejalo en el cuarto de la derecha.

Tanjiro se dirige al cuarto indicado.

Tanjiro se detiene.

—(¡Huele a sangre! ¡Es una cantidad enorme! ¿Alguien está siendo asesinado? ¡Tengo que ir!)

Tanjiro empieza a correr a lo largo de la casa luego de soltar las prendas mientras evita a las personas.

—(Está cerca. ¡Ya casi llego!)

Tanjiro choca al doblar un pasillo con una persona.

—Tanjiro, lo siento. No ví por donde caminaba.— Ochaco mantiene el equilibrio y evita caer al igual que Tanjiro.

—(¿Aquel olor viene de Uraraka? ¿Qué ocurre? ¿Ella no estaba con...— Tanjiro voltea hacia atrás.

—¡Sumi!— Ochaco dice llegando apresurada. Te escuché correr, ¿pasa algo?

Tanjiro, asombrado al ver en distintos lugares a Ochaco, voltea a ver si estaba la Ochaco con la que chocó.

Esta no estaba.

—E-eh, Uraraka, ¿no estabas aquí hace un momento?

—¿De qué hablas? Acabo de llegar.

—(Esto es extraño. Juraría haberla visto en dos lugares distintos.)

—¿Pasó algo?

—Nada, quizás solo sea mi imaginación.

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—Quiero que el próximo día libre sea organizada una cena especial para todo el personal.— Mirándose al espejo, la demonio disfrazada de Oiran ordenó con un tono falsamente alegre.

—¿En serio, señora? ¡Aunque sea un cambio muy drástico en usted, es muy bueno saber que tiene aprecio hacia nosotros! ¡Informaré al personal!— Una de las ayudantes dice.