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₍ ⋆ ₎ chapter seven !⠀🚬¸🎡 ❪⠀vii.⠀⠀calm before the storm⠀❫
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En las últimas semanas, la relación de Rosita y Fezco había estado en el paraíso. A pesar que el chico pasaba la mayor parte del tiempo ocupado con en el negocio de drogas, siempre se las ingeniaba para salir junto a su chica favorita.
A veces, cuando estaba en el trabajo, Rosita iba a su casa y cuidaba de su abuela hasta que él llegaba y terminaban en una noche de citas.
La gente seguía mencionando fragmentos de su vida pasa, pero ella había decidido ignorar al mundo, pues estaba en su nube de felicidad, y no iba a permitir que nadie arruinara su momento.
— ¡Hey! — exclamó una sonriente Rosita, entrando en la habitación del hospital donde se encontraba Rue, internada.
— Hola...
Rue le dio la sonrisa más grande que pudo, a pesar de tener una infección en los riñones por aguantar las ganas de orinar.
— Amiga, me encantan los hospitales. Te dan zumo de manzana ilimitado y la mejor parte, drogas.
Rosita miró a la morena y se rió. — ¿En serio, Rue? ¿Las drogas? — se acomodó junto a ella en un lugar vació de la camilla.
Ambas rieron.
— Entonces, ¿Cómo están tú y Fez? — habló Rue, moviendo las cejas de manera graciosa.
— ¡Basta! — Rosita se sonrojó, empujando ligeramente a la chica.
— Sólo digo que parece que les está yendo de maravilla, y tengo curiosidad. Eso es todo.
Rosita la dio una corta mirada antes de acomodarse observando las placas del techo. – No te voy a mentir, nos está yendo muy bien. Aunque ya sabes, Fez tiene que lidiar con un montón de asuntos de drogas, pero nos las arreglamos.
Rue sonrió picara. — Bueno, por fin estás consiguiendo algo de sexo.
De nuevo la golpeó ligeramente, con la cara completamente roja. Ambas se rieron, una vez calmadas la habitación se tornó silenciosa.
— Rue, sé que no has estado en tu mejor momento en estos días, y no digas que no es así porque estuve en tus zapatos, y se lo que se siente.
Rosita dudó un poco en cómo abordar la conversación. — Ya encontrarás tu felicidad de nuevo, te lo prometo. Sé que tú y Jules están pasando por un momento difícil, pero tengo fe en que conseguirás hallar aquello que buscas, tomará su tiempo, sí, pero lo conseguirás.
Rue no pudo evitarlo y la envolvió en sus brazos.
— Te amo, Rue. ¿Lo sabes, no?
Rue asintió con la cabeza y luego ambas vieron la televisión, pasando el rato juntas.
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Rosita entró a la tienda de Fezco y lo encontró sentado solo con cartas de Uno.
— Vaya, realmente querías jugar.
Fezco soltó una risa ligera. — Si, preciosa. Y esta vez te voy a ganar. —barajó las cartas mientras la rubia se acomodaba.
Jugaron varias rondas y Rosita ganaba siempre. Pero ambos disfrutaban de momentos simples como ese, especialmente porque así fue como empezó su relación.
— ¡Ja! Gané de nuevo.
Fez masajeó su sien. — Por supuesto que ganaste.
Rosita rió por su reacción y lo tomó del rostro, acariciando su mejilla y perdiéndose en sus ojos oceánicos.
— No te preocupes por perder en el Uno, amor. Ganaste mi corazón, así que está bien.
Los dos sonríen, antes de unir sus labios en un beso lleno de emociones, pero sobre todo amor.
