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El acomodo de las habitaciones estaba listo y a la gran mayoría le había tocado compartir lugar con otro miembro, muy pocos habían corrido con la suerte de permanecer con su soledad y libertad.

En el caso de Doyoung no fue así, lastimosamente. Le había tocado compartir habitación con Yukhei, aunque problema no había porque realmente le agradaba el menor al ser tan alegre. No por nada era el virus entre los miembros que se encargaba de esparcir la felicidad en cualquier oportunidad que tuviera.

Pero el problema, o el fastidio en este caso, reside cuando la hora de dormir se aproxima lo que implica que ambos tengan que alistarse para ir a la cama y dormir después de un día con una jornada realmente cansada, al menos así lo era para Doyoung.

El sueño comienza a apoderarse de su cuerpo una vez que acompaña a Yukhei en la cama, cubriéndose con las diversas mantas hasta esconderse entre ellas y relajarse por completo, dejando que sus párpados vayan cerrándose cada vez un poco más.

-Hyung... -el repentino llamado por parte del menor a su lado lo saca de su pequeño trance, asustándolo incluso un poco al tener baja la guardia.

-¿Qué pasa?

Yukhei parece pensar un poco su respuesta, lo que hace a Doyoung girar levemente su rostro para poder encarar al menor.

-¿Es verdad que nuestro ombligo es nuestra anterior boca?

-¿Qué?

-Que si es verdad que nuestro ombligo es nuestra boca pasada.

Doyoung se queda en silencio, pasmado en su lugar sin saber qué decir.

-¿Hyung?

-¿Quién te dijo eso?

-No lo sé, -Yukhei encoge sus hombros con duda-, lo vi en Internet el otro día.

-Creo que es mentira -responde sin más, volviendo a desaparecer entre las cobijas con intenciones de dormir hasta el día siguiente.

El silencio reina la habitación por unos minutos, haciendo que conciliar el sueño sea más fácil, llevándolo a un estado de rápida relajación.

-Pero sí parece una boca.

Suspira con cansancio cuando lo vuelve a escuchar hablar.

-¿No tienes sueño?

-Un poco.

-Entonces duerme -vuelve a suspirar, viendo la hora en el reloj despertador-, es la una de la mañana, tienes que dormir.

Yukhei asiente, dándose la vuelta para quedar sobre su costado derecho, encarando a Doyoung quien permanece con un semblante cansado.

-¿Entonces el ombligo no es nuestra boca pasada?

-No, Yukhei, no lo es -gruñe, queriendo terminar la conversación.

-¿Y entonces qué es?

-Si te digo qué es, ¿me dejas dormir?

Yukhei asiente, dándole la razón mientras espera paciente por su aclaración.

-¿Recuerdas que todos nosotros crecemos durante nueve meses dentro del útero de nuestra madre? Pues antes no tenías ombligo, sino un cordón que estaba conectado al cuerpo de tu madre para alimentarte. Cuando naces, ese cordón se corta y se seca para después caerse, lo que hace que termines con un ombligo.

El asentimiento que recibe por parte del menor lo hace sentirse suficiente, girando sobre su cuerpo para darle fin a la conversación de una vez por todas.

-¿A la madre le duele cuando le cortan el cordón?

-No. Ahora duerme -gruñe con fastidio.

Doyoung no era muy paciente, es por eso que si seguía interrumpiendo su sueño, le costaría volver a conseguirlo.

-Hyung...

Suspira. ¿Por qué no podía dejarlo dormir y dormir con él en completo silencio?

-Dime, Yukhei.

-Buenas noches -gira su cuerpo para poder verlo, recibiendo una sonrisa por parte del más alto antes de ver cómo cambia su posición para poder dormir.

-Buenas noches, Yukhei.

Por fin podría dormir.

hyung ; docasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora