A veces soñar sale caro.
Imaginarnos en una realidad distinta, pensando, intentando a toda costa alcanzar ese objetivo por el que vivimos luchando.
Eran sus ojos, tan brillantes como las estrellas, los únicos que me observaban esa noche. Una madrugada de abril el cielo despejado nos iluminó.Estábamos ahí, tan puros y tan únicos. Tan nosotros.
¿Quién iba a saber que el tiempo se nos acabaría tan abruptamente? Seguimos soñando, seguros que el destino volvería juntarnos.
Nos dijimos adiós sin remordimiento, pero el tiempo siguió corriendo.Hoy hacen diez años de aquella noche de abril, y te sigo extrañando.
Soñar sale caro. Hoy aquel sueño es mi realidad, pero no estás a mi lado.
Soñar sale caro.
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Relatos de una noche sin estrellas
Diversos¿Eres de las personas cuya inspiración aparece a altas horas de la madrugada? Pues yo sí, así que decidí crear este pequeño espacio para las ideas que atormentan a mi cerebro sin dejarme dormir. No soy una profesional, solo soy una chica de diecioch...