Ella es dolor
Cuando la noche llama descarada a mi ventana,
su recuerdo me tortura atas que llega el alba,
aguardo un suspiro una llamada,
o que cruce conmigo una mirada,
su recuerdo me persigue y tortura,
en mi corazón hace una gran rotura.
Sus ojos el mar embravecido,
su boca el anhelo de un ultimo suspiro,
su belleza es la gran inspiración,
su cabello no tiene parangón,
su sonrisa en mi alma se ha bordado,
su ser en lo mas profundo se ha clavado,
como un jilguero con su canción,
ella se ha colado en mi corazón.
En el deseo dos voces guían mi cabeza,
una sobresaliente resalta y me frena,
la otra un susurro y la que me tienta,
obedezco siempre sumisa la primera,
la segunda de mi alma no se apodera,
mi mente a esta ultima hace prisionera.
Con su sonrisa mi corazón se acelera,
una voz grita desesperada ¡Estate quieta!,
obedezco manteniendo la posición serena,
otra voz suplica a lo lejos adelante se sincera,
quiero poder escucharla ser valiente ir por ella,
pero la otra se niega y tengo que obedecerla.
Prisionera soy de esta contradicción,
un lio hacen de mi pobre corazón,
pues e aquí mi amor prohibido,
que jamas sera correspondido,
ojala existiese alguna posible solución,
que me pudiese proporcionar salvación,
sin dudas es cruel y terrible el amor,
pues es el causante mayor del dolor.