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Junkyu entro a su cuarto tras haber sido regañado por su padre; el menor estaba triste, pero de momento a otro recordó aquel papel que Asahi le había dado aquella tarde, por lo que saco de sus bolsillos aquello.

En el papel decía una dirección, un día y una hora. Junkyu comprendió inmediatamente que el mayor quería decirle que fuera a aquel lugar para encontrarse. El día puesto en el papel era dentro de una semana, por lo que el menor opto por solo memorizar la fecha y no ponerla en algún calendario por si a su madre se le ocurría entrar a su habitación y que de paso vea eso.

Al día siguiente Junkyu tenía que ir a clases, por lo que emocionado de poder hablar con sus amigos del encuentro, salió de su habitación. Antes de que siquiera pudiese tocar la puerta de la entrada, su madre hablo.

— Hoy no iras a clases, Junkyu — dijo la mujer

— ¿Por qué? — cuestiona el menor

—  La policía nos indico que debías quedarte en casa para poder vigilarte — confeso su madre

— Pero yo estoy bien — Junkyu recalca

— ¡Junkyu, obedece! — exigió su padre

El menor solo asiente, sintiendo una opresión en el pecho al haber sido regañado. Junkyu empezó a subir escaleras, topándose con su hermano, quien le veía fijamente.

Junkyu se encerró en su habitación, necesitaba una forma de decirle a sus amigos que debían reunirse con los dos chicos que había conocido el día anterior.

Cuando el adolescente escucho la puerta principal siendo cerrada decidió bajar nuevamente. Su madre estaba limpiando la cocina, totalmente concentrada en su trabajo.

— Mamá — llamo Junkyu

— ¿Qué sucede? — cuestiona la mujer aun haciendo lo suyo

— ¿Cuanto tiempo estaré sin ir a clases? — pregunto el chico

— Una o dos semanas — informo la mayor, esta vez volteando a ver a su hijo

Junkyu se mantuvo con una mirada serena, tratando de no hacer una mueca frente a la mujer. El adolescente solo asintió y se volvió a retirar a su habitación.

Cuando llego a esta, Junkyu pensó en sus amigos ¿Por qué su mundo debía ser así? Todo allí era horrible. El joven estudiante pensó en la pareja que había conocido el día anterior; inmediatamente se acordó de una palabra que Jihoon había mencionado anteriormente: homosexuales.

Hyunsuk ya les había explicado el verdadero significado de esa palabra. Los chicos del día anterior eran homosexuales; Junkyu no pudo evitar pensar en que aquello era algo atroz en el mundo. Amar era algo que se castigaba severamente, pero si se trataba de una pareja del mismo sexo, el castigo era aun peor.

Amor... Al pensar en aquella palabra la única persona que se le vino a la mente fue Haruto. Asustado de si mismo el adolescente se levantó de su cama, en la cual se recostó en cuanto entro a la habitación. A el no le podía gustar el hermano de su amigo, ni siquiera podían tocarse y mucho menos sabían la razón de aquello.

A la mente del joven chico vinieron sus padres y su hermano menor, su familia, si es que podía siquiera llamarlos así. Junkyu estaba seguro que sus amigos lo querían mucho mas de lo que su familia lo hacia.

Junkyu sonrió y sintió su corazón ir mas rápido cuando Haruto volvió a su mente. El se estaba enamorando y lo sabía; aquello lo asustaba y lo ponía ansioso al mismo tiempo, realmente quería mucho a su mayor, pero en donde el vive, aquello era simplemente imperdonable.

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Junkyu caminaba a travez de las calles, por una vez después de una semana sus padres lo dejaron salir de la casa; suerte que no sabían la razón, pues de ser así no lo hubieran dejado ni salir de su habitación.

El estudiante se dirigía a donde Asahi lo había "citado". Cuando por fin llego, pudo notar que se trataba de la biblioteca de la ciudad. El adolescente se adentro a esta.

Junkyu trataba de buscar disimuladamente, para ver si reconocía a cualquiera de los dos chicos que había conocido la semana pasada. Cuando el estudiante los pudo divisar, se acerco con lentitud.

— ¿Solo viniste tú? — cuestiona Asahi, mientras seguía fingiendo leer un libro

— Si, mis padres no dejaron que saliera de casa, no les pude avisar a mis amigos — comento el menor mientras abría el libro que había agarrado para fingir leer

Ambos estaban en una esquina muy alejada de las demás persona, había uno que otro que se acercaba para agarrar un libro que estaba por la zona, pero fuera de eso, los de alrededor los ignoraban.

— ¿Sabes por qué te cite aquí? — cuestionó el mayor

— No... — dice un poco obvio el adolescente

— Muy bien, no pienses nada malo — comenta Asahi — solo quiero hablarte de una pequeña historia — sonríe

— ¿Una historia? — cuestiona frunciendo el ceño

Antes de que el mayor pudiese decir algo más, apareció otra persona. Yedam se sentó a un lado de su pareja, mientras le pasaba un libro; este libro era mas grande a los demás, aparte de que era mas grueso.

— Aquí esta lo que me pediste — dice Yedam queriendo sonreír, pero siendo detenido debido a la presencia de una cuarta persona en el pasillo — Hola, Junkyu — saludo

— Hola, Yedam — el menor devuelve el saludo

— Bien regresando al tema anterior— comento Asahi — ¿Conoces este libro? — cuestiona mientras apunta al libro que recientemente su pareja había traído

— No, ni siquiera tiene un titulo — dijo Junkyu observando el titulo

— Eso es por que nadie debe saber de este libro — dijo el mayor

— Bueno, siendo tan grande es difícil que alguien lo esconda — comento el adolescente

— Te equivocas, en este biblioteca tiene un lugar seguro, donde nadie lo puede ver — dice Yedam

— ¿Cómo es que no les asusta que alguien los descubra teniendo ese libro? — pregunto Junkyu

— El bibliotecario es un amigo, alguien como nosotros. Por fin estamos los 7 elegidos juntos — aquello ultimo desconcertó al menor

— Jeon Jeongwoo es alguien en quien puedes confiar, el único que esta rondando por aquí para atender a la gente — Asahi dijo

— ¿Qué es eso de 7 elegidos? — cuestiona el menor no tomándole importancia a lo dicho por el mayor

— Por eso te cite aquí, Junkyu — fue lo único que dijo Asahi antes de abrir el gran libro

Monocromo • HarukyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora