♤〔No se que poner para que se vea estético, puta madre.〕♤
Ojeras, piel palida, mirada amenazante, pecas, curitas y moretones en todo el cuerpo.
Sus cabellos caían desordenadamente sobre su rostro, el cual había perdido los tonos rojizos tan característicos que tenía.
─ Ame, te quiero pero, ¡¿Dejarías de buscar problemas por un solo segundo!?─ Gritó con todas sus fuerzas una mujer algo más baja que ella de hermosos ojos verdes, tenía en su mano un botiquín lleno de alcohol, algodones, vendas y una bolsa de curitas con dibujos caricaturescos de corazoncitos.
Mientras la de acento y nacionalidad británica seguía sermoneando y reprochando como una clasica madre a su hija a la de mayor altura, la americana parecía estar en otro plano existencial, mirando cabizbaja al suelo con sus ojos azules.
── ¿¡Estas escuchando me!? Usa, no puedes simplemente golpear a alguien porque te dijo que eras estupida.── Reclamo más fuerte la mujer al notar como la mayor no prestaba atención a su gran discurso de la paz y la paciencia.
── No lo entenderías, ha estado molestando me desde el primer momento que me vio, la tiene en contra mía y ¡Yo no me voy a dejar por ese imbecil que piensa que aún el comunismo funciona! ──
La británica frunció todo su rostro, y con brusquedad agarró las mejillas fuertemente a la menor estirando las.
── Ahg, siempre lo mismo contigo, Ame ── Se quejó la mujer de mayor poniendo dos dedos en su frente intentando calmarse, no debió de haber dejado que su pareja hubiera regresado a París, ya que era el único que hacía que podía detener y entender aquellos comportamientos que poseía la menor de edad. ── Si sigues así voy a tener que actuar de una buena vez por todas, solo te haces daño a ti misma.
La americana solo frunció el ceño, no le molestaba realmente que le dijera eso, le molestaba que fuera la realidad ── Si, si, ¿ya dejaste de criticarme?
La británica suspiró de nuevo, ¿Cuántas veces más tenía que cambiar el tema? Parecía que la murica siempre desviaba aquella charla de una u otra manera.
No había de otra, mientras que Francia no este con ellas, aquella estadounidense seguirá actuando de esa forma.
── Bien... ¿Cómo estuvo tu día antes de que hicieras tremenda idiotez?
La estadounidense la miró pensativa, seguramente intentando inventarse algo que la salve de los regaños de britania.
── ...Me encontré a una amiga de la infancia, ¿la recuerdas? Se llamaba Acadia.
── ¿Eso es todo?
── ...Pues me preguntaba si...¿Podría ir a visitarla? Ella quería mostrarme algo.
La chica de nacionalidad británica simplemente se le quedó viendo intentando averiguar sus intenciones. ── Bien, pero iré contigo.
La contraria le sonrió, al menos le dejo ir.
