CAPÍTULO III

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     - ¡¿Qué te sucedió Christine?! - se alteró su amiga al ver su mejilla algo morada - ¡¿quién carajos te hizo eso?! - alzó la voz alterada - lo voy a matar.
     - Ayer me robaron - trató de hablar calmada, pero el sentimiento le ganó empezando a soltar las lágrimas que tuvo que contener después de haberle servido de comer al asesino - pero trataron de abusar de mí - Nancy la envolvió entre sus brazos, acariciando su espalda con suavidad - tuve miedo Nancy, apenas si pude escapar.
     - Ya pasó Chris, ya pasó. Espero que quien te haya hecho se pudra pronto en la cárcel - espetó molesta - malditos bastardos.

     - ¿Te golpeó tu novio encanto? - preguntó un chico moreno pasando a un lado de Christine, burlándose.
     - Oh vamos, es Christine, apuesto que ni tiene novio - le continúo su amigo.
     Christine se sintió avergonzada, pero sobre todo humillada. Charles le había dado una buena bofetada, dejando marcado su rostro que primero era rojo y ahora era de un color morado tenue.
     - Hola - saludó Nicholas con una sonrisa que se borró de inmediato al ver el rostro de la chica que le gusta - Christine, ¿qué te sucedió? - tocó su mejilla con cuidado, pero aún así ella lanzó un quejido de dolor - lo siento. ¿Qué te sucedió?, ¿quién te hizo esto?
     - Ayer me asaltaron y trataron de abusar de mí - contestó sin mirarlo a los ojos.
     - Oh Christine - para sorpresa de ella, Nicholas la abrazó. Ella sintió comodidad al estar entre sus brazos, se sentía protegida, se sentía agusto en los brazos de ese chico. Nunca pensó que él podría llegar a demostrarle afecto. - ¿Quieres que te acompañe a casa?
     - Sí - respondió sin pensar en las posibles consecuencias que podría haber regresando a su hogar.
     Nancy iba a ir a con Christine, pero al ver que Nicholas la abrazaba decidió mejor no interrumpir. La pelinegra desde hace tiempo que quería animar a su amiga para que hablara con el castaño, pero la timidez de ella era un gran impedimento.
     Por otra parte, otra persona veía con ojos celosos y rabiosos a la pareja de adolescentes que iban muy juntos. Pronto sabría lo que le esperaba a la chica al llegar a su departamento.
    Nicholas abrazaba a Christine por los hombros, pegada a su cuerpo. Hablaban de cómo les estaba yendo en la escuela y una que otra anécdota graciosa (la mayoría por parte de él). Christine olvidó su preocupación al llegar a su hogar, ese momento que siempre había anhelado con el chico que le gusta era grato. Nunca se imaginó que podría ser tan bueno como en sus absurdas fantasías de chica enamorada.
     - Mañana puedo pasar por ti y por Nancy para ir a la escuela - ofreció, colocando distraídamente un mechón de cabello de la castaña detrás de su oreja - claro, si quieres.
     - Me agradaría bastante - sonrió.
     - Bueno, tengo que irme, mañana pasaré por ti, digo, por ustedes - corrigió sacudiendo la cabeza - adiós.
     - Adiós - Nicholas besó su mejilla haciendo que ella se sonrojara, aunque él también se sonrojó.
     Nicholas se alejó feliz, por fin había logrado que Christine le hiciera caso. La chica sonrió en grande y su corazón latía rápido, incluso sentía ese "revoloteo" en su estómago. Subió hasta el cuarto piso con más ánimos que los que tenía esa mañana y no era para más, el chico parecía corresponderle. Sin embargo, todo lo bueno lamentablemente llega a su fin, y, tras pasar esa puerta, todo se volvió en gris y negro.
     - Así que te gusta estar de zorra con otros hombres - comentó Ray, jugando con su cuchillo; estaba sentado en el sillón con las piernas cruzadas. Christine se paralizó al verlo y sobre todo al ver tal cuchillo en sus manos, era increíblemente grande y probablemente muy filoso. - ¿Verdad Christine?
     - Yo - tartamudeó. La sonrisa en su rostro se había esfumado y el sentimiento cálido se había enfriado y oscurecido.
     - Más te vale empezar a implorar de rodillas si no quieres que ese estúpido muera esta misma noche - su tono era bastante serio y lo peor es que al hablar ni siquiera la miraba a ella, sino que solo miraba al cuchillo con el que seguía jugueteando - ¿qué tengo que hacer para que aprendas que eres mía? - se levantó bruscamente del sillón y enterró el cuchillo en la mesa de madera que estaba a la mitad de la sala, espantando a Christine. - ¡Eres mía Christine! - gritó. Tomó a la chica fuertemente del cabello, detrás de su nuca y la llevó a rastras a su propia habitación, donde la tiró en la cama y se posicionó entre sus piernas. La chica lanzaba golpes que no le hacían ningún daño a Charles.
     - ¡Por favor, no! - gritó y sus ojos amenazaron con querer llorar.
     - ¿Qué voy a tener que hacer para que aprendas tu lugar a mi lado hermosa? - preguntó con demencia, riendo amargamente - tendré acaso que demostrarte de otra forma que eres mía. ¿Quizás por aquí? - con su rodilla tocó la parte privada de la joven, esta sollozando ante ese terrible toque - ¿Acaso tendré que violarte para que aprendas que eres mía y de nadie más? - ella negó repetidas veces - ¿entonces qué tengo que hacer?
     - Nada, por favor, no me quites mi virginidad - imploró soltando en llanto, desviando la mirada de la azulada de él.
     - ¿Virgen? - preguntó con sorna - vaya chica más pura me ha tocado. - lamió su cuello, Christine se agitó ante esa acción. Charles agarró sus muñecas y las hundió en la cama, sujetándolas con fuerza - Ya quiero "desflorarte".
     - ¡No!, ¡te lo suplico, no lo hagas por favor!
     Ray la besó lentamente, acariciando su mejilla y tomando su nuca para profundizar el beso - quítate la ropa - susurró en sus labios. La chica abrió los ojos de par en par, incluso pareciera que se querían salir de su lugar - ahora.
     - No por favor.
     - Si no lo haces iré por ese idiota de tu escuela y hoy será el última día que respire.
     - No - escondió su rostro en el hombro de él. Charles en esa ocasión extrañaba un poco a su ex novia, pensando que si a esa rubia le ordenara que se quitara la ropa lo haría de inmediato sin oponerse, incluso está seguro que esa misma tarde tendrían sexo desenfrenado. Pero Christine no era como Valentine, algo que le causaba más diversión y a la vez le excitaba mucho más que con esa mujer que hacía todo sin oponerse antes, tal vez porque la diferencia era de que la rubia sí estaba completamente enamorada y loca por él, la castaña en cambio, no.
     - Está bien - se levantó y salió de la habitación sin mirarla. Christine sintió pánico al pensar que iría inmediatamente por Nicholas. Se bajó de la cama y corrió como pudo hasta alcanzarlo. Charles ya tenía su cuchillo en mano y se había quitado el saco, así como también se había arremangado las mangas de la camisa blanca que se había puesto hasta los codos.
     Christine se puso de rodillas, humillándose ante aquél hombre sádico - por favor, no lo mates - suplicó con voz temblorosa. Ray sonrió de lado y acarició su cabeza.
     - No has hecho lo que te he pedido hermosa, así que no cuenta - Christine se levantó. Suspiró con pesadez y cerró los ojos con fuerza, para después quitarse su blusa, dejando a la vista su torso casi desnudo, dejando expuesto su brasier morado con detalles de encaje en los bordes. El asesino se lamió los labios ante tal vista. Después con más vergüenza, Christine desabrochó y bajó sus pantalones, quedando en sus tobillos, exponiendo ahora su braguita de color rojo que no quedaba a juego para nada con su brasier. Estaba apunto de quitarse el brasier cuando sintió las manos de Charles tomar las suyas, impidiendo que lo hiciera - con eso es suficiente - susurró cerca de sus labios.
     Ella seguía sin abrir los ojos, no quería verlo, no quería sentir más humillación por la que estaba pasando. Había enseñado su cuerpo a un psicópata, le había enseñado su privacidad a un hombre que solo la chantajeaba con matar a los que ama si no hacía lo que quería. Era enfermo. Era sadismo.
     Charles besó y lamió el cuello de "su" chica. La piel de ella se erizó ante sus caricias que le dejaban asqueada, aunque esa sensación extraña de su lengua recorriendo su piel por un lado se sentía "extrañamente" bien. Las manos de Ray se pasearon por sus caderas, acariciando la piel desnuda de arriba a abajo, pero no era suficiente para darle una lección, así que en su cuello le hizo un chupetón que quedaría muy visible en su piel. Christine se quejó por el dolor.
     - Eres mía Christine - susurró cerca de su oído mientras acariciaba su espalda baja, lentamente - no te quiero volver a ver con ningún otro chico, en especial con ese tal Nicholas, ¿entendiste? - La voz de Charles parecía aterciopelada, era suave, pero a pesar de eso la amenaza seguía presente, el tono celoso y posesivo aún eran visibles en esa capa suave.
     - Sí - no tuvo más opción que aceptar su realidad, no quería que lo del día anterior se repitiera cuando intentó llamar a la policía y salir del departamento, casi iba a por Nancy y las marcas moradas en su muslo aún dolían.
     - Eso es - sonrió de lado y se alejó de ella para sentarse en el sillón, con las piernas abiertas al igual que los brazos que recargó en el respaldo del sillón - ven aquí - señaló sus piernas con los ojos. Christine se acercó tímidamente y se sentó en las piernas de "su dueño".
     Hill no sabría descifrar cómo es que se sentía. Repulsión. Vergüenza. Humillación... Pero también estaba la extraña sensación de sentirse un poco bien cuando ese bastardo la trataba de buena manera. Ray encendió la televisión y fue directamente al canal de noticias.
      Christine empezaba a sentir frío, la temporada de invierno no favorecía a su condición de ese momento y su nariz rosada era una de las pruebas de ello. Se sobresaltó al sentir la mano de él en su muslo, que acariciaba distraídamente mientras veía con atención la pantalla. Con miedo se recargó lentamente en él, descansando su cabeza en su hombro, Charles sintió extraño ante eso, no dejaba que se recargaran en él de esa forma, ni siquiera había dejado a su ex pareja que lo hiciera; pero dejó que estuviera sobre su hombro, si así iba a tenerla sumisa estaba bien.
     *"-En las noticias de hoy. En Queens hubo un terrible suceso en el que salió herida una niña y asesinaron a una mujer, vamos con Amy.
     - Gracias Eva. Hoy por la tarde los policías encontraron a una niña gravemente herida y a su madre muerta en un departamento pobre de Bronx. Encontraron como culpable a William Vance por el asesinato de su propia esposa Sarah Vance y por violencia doméstica. Las autoridades ya lo han puesto tras las rejas. William Vance había abusado de su hija y madre física y psicológicamente… *
     Hill ya no sintió que Charles acariciaba su muslo, en cambio parecía estar tensa su mano y empezó a apretar su piel, dejándola roja. - ¿Charles? - preguntó en un murmullo y tocó su mano, tratando de alejarla, empezaba a doler - Charles - un quejido salió de su garganta y miró las noticias.
     *… por siete años ese hombre había abusado sexualmente de su hija, también la golpeaba e insultaba verbalmente. El hombre confesó que tras una discusión Sarah intentó quitarse la vida, pero él quería ser quien lo hiciera y la apuñaló en un total de veintidós veces, las heridas son profundas. A continuación se pasarán las imágenes del crímen… *
     - Maldito - murmuró con rabia, tensando los músculos de su mandíbula. El agarre que tenía en la piel de Christine hizo que gritara de dolor.
     - ¡Charles! - la miró con el ceño fruncido y miró su mano la cual quitó rápidamente al ver lo que hacía, dejando la piel de su muslo al rojo vivo y con las marcas de sus uñas - Dios -  acarició su muslo desnudo en un intento de calmar el dolor latente de su piel.
     - Yo… - musitó, aunque Christine no escuchó lo que decía - regresaré mañana - se levantó, apartando el cuerpo de la chica de golpe. Tomó su saco y se lo puso, salió por la ventana de la habitación de ella.
     La castaña se quedó en el sillón desconcertada. ¿Por qué reaccionó así tan abruptamente? Parecía mirar la televisión con odio, su rostro se había descompuesto. ¿Había sido por la noticia?, y si es así, ¿por qué?
     Y por primera vez en esos tres días desde que se metió a su departamento y la reclamó como suya, había desarrollado cierto interés por él.

AMOR PSICÓPATA#1 | One Shot/Fanfic Charles Lee Ray (Chucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora