Parte 7

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Cuando la bañera tenía suficiente agua Rosalie me dejó a solas para tomar un baño, el agua no estaba muy caliente, era un contraste asombroso con el agua fría a la que estaba acostumbrada, me hacía recordar casa y a mi padre que me peinaba todo el tiempo. Durante un momento me quedé inmóvil, quería llorar por ellos y por mi, llorar porque las personas que más quería están muertas. Inhalé profundamente y sumergí la cabeza en la bañera. 

Terminando de bañarme salí de la tina y tomé la toalla que dejó para mi, era suave, esponjosa y tenía un aroma delicioso, después de secarme bien me vestí con la ropa de la sobrina de Rosalie, sin embargo no pude evitar olerla, era curioso, no era el aroma penetrante de un vampiro, tampoco olía a humano, pero algo de ese aroma me recordaba a mi -será que su sobrina...- me quedé a media frase cuando escuché que tocaron la puerta y por la voz que escuché era Rosalie de nuevo, me acerqué y abrí la puerta, entró con cuidado y al verme sonrió ampliamente -Sigrun te ves muy bien, tu cabello está algo mojado ¿por qué no dejas que lo seque?- asentí con la cabeza, se veía complacida. La escuché acercarse de nuevo cuando se paró detrás mío, pero el ruido tan tenue de la secadora me sorprendió un poco. 

-Listo, quedó muy bien, si quieres verte en el espejo adelante- desenchufó la secadora de cabello y dobló el cable para guardarla dentro de uno de los cajones del tocador. Decidí tomar su consejo y verme al espejo, mi cabello se veía mucho mejor que antes, más suave, largo y sobre todo brillante, -se ve muy bien, gracias Rosalie- le sonreí levemente y comencé a trenzar mi cabello para meter las cuentas de nuevo -eres muy hábil con eso, debes tener mucha práctica- comentó sentándose en el borde de la bañera, volví a sonreírle levemente -así es, un par de años de práctica- respondí mientras seguía separando el cabello ahora con más cuidado. Terminar las trenzas más pequeñas no me tomaba mucho tiempo y  era entretenido ver las expresiones de Rosalie que había decidido ayudarme metiendo las cuentas en las trenzas que iba acabando. 

Mientras estaba terminando la última trenza la sonrisa de Rosalie había desaparecido, se notaba algo dudosa, como si se estuviera conteniendo de hacer algo, -¿pasa algo?- pregunté pretendiendo no darle importancia, ella solo negó levemente, titubeó un poco antes de abrir la boca -Sigrun, deberías quedarte aquí, dejar la incómoda vida de nómada- dejé de ver mi cabello para verla mientras me miraba a través del espejo, estaba seria, supongo que hablaba enserio, fruncí el seño negando con la cabeza -Fred es mi compañero, a donde el vaya yo iré- le respondí un poco molesta.

Bajamos a la sala con el resto de los Cullen, al menos a los que ya había conocido, mi compañero también estaba ahí sentado en uno de los sillones, se veía tenso y estaba jugando con sus dedos con su vista fija en ellos, nada raro en él. Me senté a su lado y tomé su mano, Rosalie también se sentó al lado de su pareja, el ambiente se sentía tenso hasta que Carlisle aclaró su garganta -Sig, estábamos explicándole a Fred algunas cosas que deberían saber sobre los vampiros que se encargan de mantener el orden sobre todos los vampiros y también le propusimos que ambos se quedaran con nosotros


A primera vista (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora