A primera vista (Twilight)

Parte 9

Carlisle nos había dejado quedarnos en el cuarto que le pertenecía a Edward y que Renesmee usaba muy rara vez cuando se quedaba a dormir con sus abuelos. Pero a pesar de que era la primera vez en mucho tiempo que dormía en una cama muy cómoda lo que hizo que durmiera tranquilamente fue saber que no había necesidad de esconderse de los humanos, que ya no tendríamos necesidad de viajar constantemente, al fin encontramos un lugar que podíamos llamar hogar. 

En la mañana siguiente mientras Rosalie y Alice reacomodaban la habitación que nos dieron Fred y yo hablamos con Carlisle sobre mi verdadera naturaleza más a detalle, le conté que mi madre había muerto cuando nací y que ella venía de una tribu de personas que se convertían en lobos, a cambio el nos contó que había una tribu con la que compartían territorio y que era similar a lo que le conté sobre mi familia. También añadió que su nieta era la pareja de un miembro de esa tribu, -¿podría conocerlos?- pregunté dejando por un lado la timidez, si eran algo parecido a lo que parcialmente soy entonces ellos podrían ayudarme a resolver las dudas que tenía sobre mi naturaleza, -claro que si, lo más sensato es que les dejemos saber que hay más miembros en nuestra familia- respondió con una sonrisa, como su gentileza me recordaba a mi padre no pude evitar esperar a que me acariciara la cabeza como el solía hacerlo y sentir decepción cuando no lo hizo. -¿Crees que esa tribu sepa algo sobre híbridos como Sig?- preguntó Fred recargando sus codos sobre la barra de la cocina, Carlisle lo miró serio mientras negaba levemente con la cabeza -quizás, nosotros aún desconocemos cosas sobre su especie, ¿Qué es lo que quieren saber?- bajé la vista hacia mis manos, pues realmente solo tenía una en mente -quiero saber si me quedaré así para siempre- confesé aún sin levantar la mirada. Cuando Fred estaba por hablar Rosalie llegó para avisarnos que la habitación estaba tan lista como se podía. Carlisle nos dijo que nos adelantáramos a verla y que en un momento nos alcanzaba.

El cambio en la habitación era sutil pero notorio, habían cambiado algunos muebles de lugar y la cama estaba ahora pegada hacia una pared, los discos de música que estaban en un mueble fueron reemplazados por juguetes variados, había un pequeño buró al lado de la cama con una linterna de noche. La ropa de cama era de color azul pastel y tenía sobre ella varios cojines que se veían muy cómodos, incluso pusieron una especie de silla reclinable por si Fred no tenía ganas de estar en la cama. Me sentí muy conmovida en ese momento por el esfuerzo que pusieron en hacernos sentir a gusto -gracias- dije apenas susurrando, estaba segura que si hablaba más alto lloraría, Rosalie y Alice solo sonrieron y me abrazaron.