Quererlo No Es Fácil [Agente Trout X Oficial Murphy]

Un Desconocido Se Presenta

Genial, simplemente... Genial. Un apagón en mí casa había sucedido. Espera, ¿solo en mí casa? Perdón quise decir, en toda la ciudad.

Me había espantado cuando ocurrió eso luego de un extraño y divertido vídeo se estaba transmitiendo en todos lados, sin forma de cómo detenerlo. Eso supuestamente hizo que toda la electricidad de San Francisco obtuviera un cortocircuito. Sí, debe ser obvió.

Y ya es quien es el responsable. ¿Quién más podría ser? Sí, los mismos tres osos con los que siempre llevó registrado en mis archivos de quejas de osos. Otro queja más por archivar.

No sé cómo hicieron esa gran transmisión, nunca me había reído tanto, pero ahora sí está vez las cosas se les fueron de las manos con sus travesuras.

Mañana a ser un día difícil. Muy. Supongo.

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Todos de San Francisco estamos en el Palacio Municipal por la causa de anoche, donde un apagón hubo atribuido gracias a los tres hermanos osos.

Los ciudadanos están furiosos, hablando a la misma vez. Intente calmar las cosas como oficial que soy, además de ser el juez de aquí, estando arriba del escenario y en el mostrador.

–Silencio, por favor silencio. –hablándole al público–. Ya sé que están molestos, pero si todos nos calmamos, estoy seguro que los osos podrán explicarse. –Me di la vuelta para darle una señal a los osos para que puedan explicar lo sucedido de anoche, mientras escuchaba a la gente gruñir.

El oso marrón llamado Pardo se disculpaba y que no volverá a suceder, el osos blanco llamado Polar se sentía arrepentido, y el último oso blanco y negro llamado Panda también se disculpaba, y a la vez echando la culpa al oso Pardo.

–Mhm, ¿ven? Ahí lo tienen. –Asistiendo, sacando el libro sobre archivos de quejas de los osos–. Solo pongamos esto en el expediente de los osos y-

No pude terminar hablar cuando los ciudadanos empezaron a abuchear. Aun seguían molestos, comenzando una protesta. Querían que los osos recibieran algo, un castigo tal vez, ¿pero cuál podría ser?

Los tres hermanos pueden ser algo idiotas, pero son indefensos e inocentes. Tal vez un castigo merecían, pero tampoco uno demasiado. Ahora estoy en una situación algo complicado, al que tengo que lidiar con unos osos y no unos criminales.

–Bueno... –Me sentía nervioso, sin saber que decir–. ¿Qué tal si recogen basura? ¿O-

Todos se quedaron callados, incluyéndome, cuando el sonido de la puerta al abrirse se oyó, volteándose sorprendidos, ¿quién podrá ser?

Al abrirse la puerta, un señor alto dio un paso al frente, luciendo serio. Llevaba como un traje de negocios a color negro con una gabardina marrón, con unos guantes negros. Nunca lo vi por aquí. Empezó a caminar en frente de todas las personas y de los osos, subiendo al escenario y llegando hacia mí, con las manos atrás de su espalda.

–Hágase a un lado. –El tipo quería hacerme apartar, y por supuesto obedecí algo asustado, sosteniendo los archivos sobre mi pecho con ambas manos–. Yo me encargare ahora.

–Uhhh... ¿Quién es usted?

–Agente Trout, departamento de Control Animal –respondió, sacando su placa y volviéndolo a guardar–. Vine porque alguien no está haciendo su trabajo. Me disculpo por ser sutil, eres tú, no estás haciendo tu trabajo. –Eso había dolido, pero debe tener razón... –Veras, tienes un problema de osos, y yo resuelvo problemas –dijo dando una sonrisa, estirando su mano y acomodando mi gorra que se había caído un poco hacia el lado derecho.