Espera. Detente un momento. ¿Recuerdas ese día en Los Ángeles, cuando encontramos un arcade en medio de la ciudad y decidimos pasar allí el dia? Estábamos rodeados del color brillante de las máquinas, y entonces dijiste que el destino había querido que llegáramos a ese lugar. Dijiste que por eso debíamos disfrutar.
Por favor nunca dejes de pensar de esa forma. Por favor.
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Mi mente no sabe que piensa en poesía al pensar en ti
PoesíaDos hombres que se piensan en silencio.