Miercoles

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Como de costumbre tomo el metro para dirigirme a mi empleo en donde debo soportar a los clientes groseros que creen que por estar pagando su comida tienen el derecho de tratarme mal, no obstante el olor a café del lugar me hace pensar que no es un empleo miserable, eso y que necesito el dinero.

Soy la primera en sentarme en el asiento color rojo del metro.

Después de dos paradas tú tomas el asiento de enfrente.

Me da un nerviosismo extremo el verte ingresar por las puertas metálicas, verte con esos pantalones oscuros y esa chamarra de cuero que te hace ver genuinamente atractivo.

Me da un nerviosismo extremo el que mis botas puedan llegar a rozar las tuyas.

Me da un nerviosismo extremo que la música de mis auriculares llegue a tus oídos.

Pero aún así, a pesar de ser el tercer día en que te veo frente a mi, no me importa soportar este nerviosismo extremo con tal de seguir viéndote, con tal de sentir que mi miserable rutina tiene un poco de valor, un poco de emoción.

Me gustaría saber hacia dónde vas, ¿Acaso te diriges a tu agencia de héroes?

¿A donde vas, Bakugou?

¿A dónde vas y por qué luces tan apagado?

¿Estás bien?

¿Te lo han preguntado?

¿O es que el héroe número uno no puede estar mal?

Si es así, que se jodan los héroes, que se jodan todos, que se joda el mundo, menos tú, tú sigue descansando tu cabeza en el respaldo, que yo cuido que nadie te tome una fotografía y moleste tu descanso.

Espero poder seguir velando por ti en el metro, es lo mínimo que puedo hacer por el momento.

𝙰𝚕 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕 𝚍𝚎𝚕 𝚊𝚛𝚌𝚘𝚒𝚛𝚒𝚜 • 𝙱𝚊𝚔𝚞𝚐𝚘 𝙺𝚊𝚝𝚜𝚞𝚔𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora