Capítulo 1: Mi pobre Raspby.

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-¿Qué te sucede Raspby? - ni ayer ni hoy había tocado su comida. Se quedaba tirada en el sofá y se quejaba cada vez que Jodie iba a jugar con ella. Le llevaba su ratón de goma, su mantita preferida, hasta le dejaba sentarse arriba de mi silla del ordenador, pero ella seguía allí.

-Miaggggg....brrhhh....mrrr...brrrmmiaauuu- es todo lo que "dijo". Era raro, era una gata activa, juguetona. Algo le debía estar pasando.

-¿Miau?- Jodie me miraba pensativa. No se si estaba loco, o si estaba con algo de resaca, pero estoy seguro de que me estaba preguntando que era lo que le sucedía a Raspberry.

- ¿Tu qué crees que tenga, bonita?- la alcé- Tu hablas su idioma, pregúntale.

La puse al lado de Raspby y se acostó a su lado, pero ésta le lanzó un bufido y casi le araña la cara. Del susto, Jodie salió corriendo.

-Eyyyy....no la lastimes- apoye mi mano en su lomo, pero me rasguñó la palma mano, logrando un gran corte en ella.- ¡Auuuuu!.¿ Qué haces Raspberry?¿Te ha chupado el alma el diablo o que?. Parece como si me hubiesen cambiado a mi gata por una mas agresiva.

Me ignoró y dió vuelta la cara. Me resigne, así que fui al baño a lavarme la mano sangrante. La limpie bien y luego le puse un vendaje.

Estaba saliendo, cuando el timbre sonó.

-¡Ya voy!- tomé las llaves que estaban en un estante cerca de la puerta y abrí. Era Mangel que venía a traerme un pen-drive que le había prestado.

- Aquí tieneh Rubiuh, graciah.

-Ya era hora. Hace un mes que te lo había prestado.

-Si, lo siento. Pero ahora debo pedirte un favoh mah.

-¿Qué quieres?.

-¿Me puedeh dah algo pa' tomah?. Es que he venido caminando porque no he alcanzado el bus.

- Claro - reí- pasa.

Entró y cerré la puerta. Fui a la cocina y serví dos vasos de gaseosa con un poco de hielo. Fui al living, y le di uno a Mangel, que estaba sentado en el sofá jugando con Jodie.

-¿Pero qué te ha sucedido en la mano?- preguntó luego de un largo sorbo de gaseosa.

-Raspberry. No sé que le pasa. No come, no juega y solo se queja, se enoja y te ataca.

- Tal veh le duela algo. ¿Has ido a la veterinaria?-negué con la cabeza- Toma, el otro día llevé a mi gato a lo de una amiga. Se llama _____________ Torres, eh muy buena y suh precioh son razonableh.- Me dió una pequeña tarjeta con la dirección y un número de teléfono.

-Si, tienes razón. No hay nada que me importe y me preocupe más que mis gatas. Por la tarde iré. Gracias mi Mahe.

- No hay porque- le dió el último gran sorbo a su gaseosa-. Debo irme. Cheeto quiere que lo acompañe a no se donde, pa' haceh no se que cosa.

Nos levantamos, fuimos a la puerta, me despedí de Mangel y cerré.

-¡Raspby!- levantó un poco la cabeza para verme- ¡Hoy te toca médico!- me miró por largo rato como diciendo "te odio", y volvió a acostarse. Solo espero que no sea nada grave.

Gracias a mis gatas (Rubius y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora