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Ya había pasado una semana desde que la pequeña Jimena llegó a Beacon Hill's, de manera sorprendente la criatura sobrenatural, (de la cuál aún no tenían información) se habia detenido, ya no habían más ataques de su parte, provocando una tranquilidad por parte de Michelle ya que su pequeña hija no correría riesgo. Pero eso no quería decir que bajarían la guardia.

Derek había mantenido una distancia con la pequeña, sus palabras aún seguian en su mente, ¿Michelle es Soulmate de Stiles? eso no podía ser cierto, una persona solo podía tener un Soulmate, ¿Verdad?

Alec y Magnus cuidaban a su pequeña sobrina, Jimena estaba encantada con la idea de estar al cuidado de sus tíos, ¡Su shipp gay favorito!.

Los alfas principales de la manada; Emilio y Joaquín miraban a su hija quien estaba mucho más alegre por la llegada de la pequeña. Ellos también estaban felices al ver a su pequeña nieta. Sabían que la pequeña no estaría aquí para siempre, ella debía regresar al infierno para terminar de ser entrenada para poder ser la princesa del infierno y reinar con Lucifer. Ella habia decidido eso.

Mientras que Jimena...bueno Jimena era Jimena. Ella se adapto de manera rápida a la manada de su cuñado Scott. Era más cercana a su hermano mayor: Isaac. También a la bella cazadora, a Lydia y a Kira, incluso un poco con Malia. Pero su favorito de toda la manada de lobos era su abuelo, Peter. Amaba tanto a ese lobo. Y el lobo la amaba a ella aún que no lo admitiría en voz alta. Pero sin embargo no todo era para siempre, ella estaba consciente de que muy pronto regresaria al infierno para seguir con su entrenamiento. Después de acabar con su entrenamiento podría volver a Beacon Hill's por más tiempo, incluso puede estudiar la secundaria y preparatoria.








—¿Para que nos llamaste, Derek? —pregunto el rubio de Jackson mirando a su alfa con aburrimiento—

—Quiero que me ayuden en algo —respondio el azabache con seriedad—

—¿Que pasa?, ¿Hay otra criatura sobrenatural causando problemas? —pregunto Scott con preocupación—

—No, no es nada de eso. —solto un suspiro para después levantarse de su asiento y caminar de manera nerviosa—

—¿Derek Hale está nervioso? ¿A qué se debe aquel milagro? —pregunto un chico de cabello castaño y hermosos ojos color whisky—

—¿Stiles? —pregunto el ojiverde parando en seco—

—Hola Sourwolf, estoy muy bien gracias por preguntar. —dijo el chico de manera divertida—

—¿Que haces aquí? —pregunto el azabache de manera confundida— No hay reunión de manada.

—Al parecer solo es reunión de hombre de la manada Hale-McCall. Quería hablar contigo, Derek, pero estás ocupado, será mejor regresar después. —respondio el castaño para después salir del loft de manera calmada—

—Bien, ahora dinos que se te ofrece, querido sobrino. —dijo Peter desde las escaleras—

—Oh, debo ir con Stiles, les cuento después. —murmuro para después tomar si chaqueta negra e irse corriendo—












El castaño caminaba con tranquilidad por los alrededores del bosque. Sintió la presencia de alguien más, el sabía quién era, pero fingió no darse cuenta. El lobo alcanzo a su ex humano favorito.

—Stiles —dijo el lobo demasiado fuerte para que Stiles escuchara—

—Hola de nuevo, Derek. —saludo el castaño aún caminando—

—¿De qué querías hablar? —pregunto el azabache mirando al hechicero—

—Oh sobre eso. Quería que sigamos con la investigación de la criatura, se que se ha quedado quieto, pero no quiero confiarme y quedarme con los brazos cruzados. No cuando mi hija está en Beacon Hills. —contesto con seriedad—

—Oh, ya veo. Pues cuando quieras podemos ir a investigar juntos. —dijo mostrando una sonrisa—

—¿Que te parece mañana por la tarde? —pregunto Stiles—

—Me parece perfecto, ¿A las 2 pm en el loft? —pregunto—

—De acuerdo, Michelle y yo te veremos mañana en ese caso. ¡Adiós! —exclamo con una sonrisa, para después correr a un hermoso auto color vino que se estacionó enfrente de él, de copiloto se le podía ver a Clary, la novia de Jace. Hermano adoptivo de Alec—

El castaño subió al copiloto saludando con un beso en la mejilla a la chica. Izzy miró de manera burlona al azabache que lo miraba de manera asustada, ella había escuchado todo. Y sabía que Derek quería un tiempo a solas con Stiles. Así que solo soltó una pequeña risa. Cuando se aseguró que Stiles ya estaba sentado y con el cinturón, arranco.

Derek frunció sus cejas de manera molesta, ¿Por qué debía meter a Michelle en todo? ¡Es totalmente injusto!




















Michelle miraba a la pequeña con cariño, estaba a nada de que la pequeña regresará con Lucifer. Ser la próxima en tomar el trono del infierno, no era tarea sencilla, menos siendo una niña. Michelle aún no recordaba el porque había aceptado aquella idea. Ella quería que su Jimena viviera una vida normal, que fuera a la escuela, que tuviera amigos, que estuviera con ella 24/7 sin preocupaciones. Pero eso era imposible. Jimena desde bebé había nacido en una familia sobrenatural. Dónde tenía como padres a una vampira y a un hombre lobo. Que desafortunadamente fueron asesinados por un cazador. Después de aquella tragedia, la pequeña Jimena había quedado a cargo de Michelle, la mejor amiga de su madre.  Stiles decidió criar a Jimena con Michelle. Ella jamás lo dejo solo, siempre lo ayudo, ahora era su turno. Y si eso involucraba a una pequeña niña de (en ese tiempo) 9 años. Lo haría sin dudar. Cuando Jimena cumplió los 11 años y después de tener una larga conversación con su abuelo Lucifer. Decidió ser la próxima heredera del trono. Ella sabía que ese lugar era para su mamá adoptiva, pero Michelle no habia aceptado. Así que Jimena sentía la responsabilidad de ser la princesa de infierno. Castigar a los malos sería divertido. Podría ver a su padre cuando cumpla su mayoría de edad. Podrá subir al cielo y bajar al infierno sin ningún problema, podrá ver a su papá. Aún que la idea de no volver a ver a su madre biológica no le agradaba mucho, al menos daba gracias de tener la posibilidad de ver a su padre.

Michelle entendía la tristeza de su hija, no ver a tu madre nunca más, por el simple echo de que está fue vampira y por lógica ella estaba muerta desde antes, y su alma se perdía. Era algo doloroso.

Pero mientras ella siga viva, ella se encargara de hacer feliz a la niña. Aún que tenga que bajar al infierno todos los días.

Michelle quería demasiado a la pequeña, no por solo ser hija de su mejor amiga, sino también por la felicidad que le trajo a su vida. Ser mamá a los 23 años, ¿Quien lo diría?

La Michelle de hace 8 años se hubiera negado rotundamente a recibir a un humano en su manada. Se hubiera negado a dejar que ese humano se volviera su mano derecha, se hubiera negado a criar a una niña. Se hubiera negado a formar una familia con el humano y la niña. Se hubiera negado a hacer sufrir al lobo que hizo sufrir al humano, a su humano.

Pero la vida da miles de vueltas, en un segundo la vida puede darte un gran giro, uno que cambie tu destino. Michelle estaba agradecida con el destino, por meter a ese estúpido humano sarcástico e hiperactivo en su vida.

Ella por fin era feliz, y en verdad esperaba que esa felicidad le durará mucho tiempo más.

𝐋𝐚 𝐨𝐭𝐫𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐚𝐝𝐚 /𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora