Donde Hyunjin se entera de que su primer amor se casara, y Felix aparece de la nada seduciéndolo cada noche.
- Felix top! ; Hyunjin bottom!
- Capítulos cortos.
𝗛𝗜𝗦𝗧𝗢𝗥𝗜𝗔 𝗔𝗗𝗔𝗣𝗧𝗔𝗗𝗔
Autora original: @-bxlygon
Portada hecha por @zazad...
—¡Changbin!— el rubio sonrió mientras elevaba su mano en aquella poco transitada plaza. El chico de cabellos castaños sonrió mientras caminaba hacia él, ambos se sentaron en una pequeña mesita que quedaba afuera de una cafetería.
Hyunjin miró al contrario con curiosidad. Puesto que no había ordenando nada, únicamente se limitaba a hablarle y mirarlo tan dulcemente como siempre lo hacía, los labios de Hyunjin se curvaron hacía arriba en mas de alguna vez.
Sentía una pequeña atracción hacía aquel castaño, lo admitía, pero no olvidaba aún a Seungmin. Y es que no podía olvidar al amor de toda su vida justo de la noche a la mañana, suspiró mientras recordaba eso.
—Hyunjinnie.— el mayor lo llamo —¿Te encuentras bien? Pareces triste.— el rubio se apresuro a negar.
—No es eso, únicamente recordé algo.
—Hyunjin, no deberías recordar cosas tristes. Tu cara sin una sonrisa no es bonita.— bromeó tratando de levantar el animo del contrario, las mejillas de Hwang se tiñeron de rosa.
—Y-Ya veo.
Me necesitaras.
Aquellas palabras resonaron en su mente. Apretó su vaso mientras la rabia lo consumía, ¿Por qué habría de necesitarlo? Bufo, todo era ridículo. Ambos chicos se levantaron de aquel lugar para abordar el tren de la noche, pocas personas abordaban el vagón, por lo tanto ambos jóvenes optaron por quedarse cerca de la puerta ya que sus paradas estaban cerca. Estaban bastante alejados des resto de las personas, además que estas parecían inmersas en su propio mundo.
—Hyunjin...— Changbin habló ganando la atención del mencionado —¿Sabes que es un fantasma sexual?— preguntó con una sonrisa.
El menor pareció estar confundido.
—No, ¿Qué es eso?— preguntó con inocencia, Seo sonrió.
Hyunjin se erizó en cuanto sintió como las manos de Seo lo tocaban, su cuerpo no podía moverse y había quedado contra el vidrio justo frente al castaño. La mirada dulce de aquel chico había cambiado a una lasciva, sintió miedo.
—Déjame mostrártelo.
Me necesitaras.
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