En casa de Shayla.
Shayla: Lola, estoy muy preocupada por mi hermana. ¿Por qué tiene que ser tan problemática?
Lola: No es que sea problemática, solo es difícil, una rebelde. Está en la edad del pavo.
Shayla: Como nosotras ._.
Lola: Pero nosotras ya hemos madurado. No es lo mismo una niña de 13 años que está revolucionada, que una chica de 16 que ya sabe lo que tiene que hacer con su vida, excepto en algunos casos.
Shayla: Tienes razón. Pero mis padres no se pueden enterar.
En eso que entra la madre de Shayla al comedor y dice: ¿De qué no nos podemos enterar?
Shayla: Em...es que es una sorpresa mamá, no te lo puedo contar.Lola: Si señora, es una sorpresa por eso estoy aquí, para ayudar a Shayla con...la sorpresa.
Mamá: Ah bueno entonces me marcho ya. Shayla, voy al trabajo, nos vemos por la noche.
Shayla: Mamá, tengo que decirte algo.
Lola mira a Shayla con una cara expresando ¡''Pero qué haces''!
Mamá: Si, dime.
Shayla: Jazmín no vendrá a dormir hoy a casa. Se queda en casa de una de sus amigas, porque hacen fiesta pijamas de las Pinky Ladies.
Mamá: ¿Otra vez? ¡Si la semana pasada ya hicieron una!
Shayla: Ya, pero se ve que es una reunión así como importante, ¿sabes? Cosas de ellas.
Mamá: Ah bueno, está bien. ¿Pero ha venido a buscar ropa para cambiarse o algo?
Shayla: Sí sí, se acaba de marchar momentos antes de que vinieras.
Mamá: Ah bueno, está bien. Si llama o algo dile que lo pasen bien.
Shayla: Si, lo haré mamá, adiós.
Mamá se marcha a trabajar y se quedan Shayla y Lola en el comedor.
Lola: Vale tía, ¿ahora qué?
Shayla: Bueno, almenos le he dicho que está en casa de una de las ladies.Lola: Ya, pero en realidad no sabemos dónde está. Es que te juro, pero de verdad, que va a ir a las carreras de esta noche.
Shayla: ¡Me va a volver locaaaaaa! Esta niña se va a enterar.
Lola: Si la policía no aparece, se lo pasará bien.
Shayla: ¿Y tú cómo lo sabes?
Lola: ….
Shayla: Ay no Lola. No me digas que tú has ido a una carrera de estas...
Lola: Shayla, hay muchas cosas que no sabes de mi pasado. Y nunca te lo he contado, por si piensas mal de mí o dejabas de ser mi amiga por provenir de esos barrios malos.
Shayla: Lola, ya basta. A mí me dan igual tus raíces, eres mi amiga y eso es lo único que importa.
Lola: ¿De verdad que quieres saber mi historia?
Shayla: Si, cuéntame amiga.Lola: Está bien, te lo contaré. Verás, cuando tenía 11 años, mi hermano, que es mayor que yo, estaba metido en este mundo de las carreras. Nosotros vivíamos en Marchito, eso ya lo sabes. Solamente que por las noches yo notaba que faltaba alguien en casa, y ese alguien era mi hermano.
Un día, decidí seguirlo para ver a donde iba los fines de semana. Así que, me metí en la cama vestida y cuando se marchó, me levanté de la cama y fui tras él. Fue andando, yo solamente le seguía y cada vez escuchaba más ruido en la calle. A esas horas, que era aproximadamente a las 00:00, no es que sea muy recomendable salir por Marchito. Ya sabes, la prostitución, el alcohol, las bandas...
En eso que entró como en un descampado detrás de unas fábricas abandonadas que hay allí en el barrio, y de repente vi que es a lo que se dedicaba. Eran carreras prohibidas. Cogían coches robados y los arreglaban. Había altavoces súper grandes en las esquinas de la fábrica con música altísima. Había tías con vestidos demasiado cortos y ceñidos, con pantalones cortos con los que se les veía medio culo y camisetas súper cortas que parecían sujetadores. Un verdadero asco, la verdad. Después, había diferentes bandas que competían. En vez de apostar dinero, apostaban chicas. Es decir, imagínate que tú eres de una banda y gana la carrera la otra banda y tú eres la apuesta, pues si pierde tu banda, debes unirte a la otra banda y dejar la otra.
La cuestión es que mi hermano era de una de estas bandas, y esa noche le tocó correr con un coche. La apuesta era una chica de unos 13 años, 2 años más que yo. En ese entonces el tendría 15 o así. Esa chica iba a mi escuela y la veía cada día por los pasillos. Yo no podía creer que ella estuviera allí. Parecía una chica estudiosa y tal, y sin embargo allí estaba, siendo la apuesta de dos bandas. Me quedé apartada para que nadie me viera y vi toda la situación. Ganó mi hermano y esa chica pasó a ser de la banda de él. Después de ese intercambio, de la carrera y todo, hicieron como una discoteca-fiesta solamente los de su banda, las demás bandas debían irse, ya que esa noche habían perdido.
Cuando la fiesta terminó, mi hermano se marchó y yo fui delante de él sin que supiera que era yo. Me apresuré y llegué 10 minutos antes que él a casa. Me hice la dormida y él entró a escondidas sin saber que yo estaba despierta y había presenciado todo lo que había ocurrido esa noche.
A la mañana siguiente, cuando mis padres se marcharon a trabajar, él se quedó conmigo en casa. Me senté a su lado en la hora de almorzar y le pregunté que qué tal lo había pasado en la carrera. Él me miró desconcertado, obvio no se esperaba esa pregunta. Me preguntó que cómo sabía tal cosa y le conté que le había seguido. Entonces lo que él decidió fue que ya que yo sabía lo que pasaba en las carreras y una vez descubierto eso, debía unirme a su banda. Él prometió cuidarme y que nunca me pasaría nada. Me llevaba con él cada fin de semana que se celebraban las carreras. Tenía que vestirme como una puta y salir a escondidas de mis padres. Los primeros días fui algo asustada por la reacción que tendrían los demás al verme allí. Pero todo fue bien y pronto me acostumbré a ese tipo de vida.
El problema llegó cuando un día hubo una pelea entre mi hermano y uno de otra banda. Él era Alejandro Montenegro. Decidieron que la apuesta fuera yo. A mi hermano se le fue la pinza e iba tan bebido que no se daba cuenta que iba a perderme. Y eso sucedió. Desde ese día no volví a hablarle. Con suerte, mis padres decidieron mudarse de piso y con todo el dinero que habíamos ahorrado entre todos, pudimos comprar el piso de ahora y yo pude alejarme de esa mierda de vida. Eso sí, jamás lo olvidaré.
Shayla se quedó sin palabras. Solo se movió para abrazar a su amiga con lágrimas en los ojos. Nunca habría pensado eso de ella, ni se le había pasado por la cabeza que Lola hubiese podido ser de una banda de Marchito. Estuvieron un rato soltando lágrimas por los recuerdos de Lola, su historia, y Lola estaba dispuesta a ayudar a Shayla aunque tuviera que volver a ese mundo. Es por eso que se fueron a casa de Lola para empezar a preparar el plan para esa noche y ver si realmente Jazmín iba a ir a las carreras.
Shayla dejó una nota en la mesa para sus padres diciendo: Voy a dormir a casa de Lola, pasad una buena noche y salid a cenar a algún sitio romántico. Os quiere, Shayla.
Y con eso, se marcharon a casa de Lola.
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AMOR PROHIBIDO
Novela JuvenilChristian Montenegro es un chico de calle. Es el típico chulo que se cree superior a los demás. No entiende del amor ni siente piedad por nadie. Él vive solamente pendiente de los problemas de la calle, como las carreras prohibidas o las peleas fuer...