1. Irritable

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Ángela había llegado al aeropuerto de Seattle, el viaje se le había hecho interminable y desesperante. Durante todo el viaje en avión ella se había sentado en medio de dos parejas peleadas, ya sabe Dios por que, no pudo dormir un solo segundo debido a las constantes peleas de esta pareja. Pero eso ya es cosa del pasado. Busco en la lista de sus contactos el nombre de su querido amigo Liam, era uno de sus amigos de infancia, pero como de hace 10 años.

Ángela no había vuelto a ver a Liam desde la muerte de su padre, cuando se mudo de ciudad. Pero allí estaba ahora, diez años después, en la ciudad en la que había nacido y vivido la mitad de su infancia.

Ángela cerro los ojos tratando de recordar su estadía en Seattle pero todos sus recuerdos eran nítidos o borrosos. Aunque quería recordar años de su infancia, simplemente, no podía recordar aquellos tiempos, tiempos en los que era feliz.

Pero si podía recordar hasta con detalles el día en el que su padre había muerto, llovía y ella lloriqueaba como un bebe. Vio como aquella figura la cual ella amaba con su vida era enterrada bajo tierra. Desde ahí no volvió a ser la misma. No hablaba con nadie si no era Liam, ni con niños de su edad, siempre estaba callada, las únicas veces que hablaba era para pedir comida o que le pasen algo que no podía alcanzar. Su madre pensó que la mejor forma para que vuelva a ser la misma era mudarse. Alejarse de todo ese dolor. En parte había funcionado, ella empezó a relacionarse mas con sus nuevos compañeros y estaba a gusta en la casa donde vivían. Pero el sentimiento de que algo faltaba siempre estaba presente.

Se sentía perdida con toda esa gente saludando a familiares, ella no tenia a nadie en esta ciudad, claro, además de Liam que siempre estaba ocupado estudiando para la universidad.

- Hola ¿Liam? -le llamo Ángela a su amigo, mientras que con su otra mano sostenía su pesada maleta- Acabo de llegar. ¿Donde estas? ¿Vas a venir o me iré caminando? Te recuerdo que prometiste llevarme al apartamento .

- Ya lo se, ya lo se -musito Liam con un bostezo- Me he quedado dormido estudiando. Estaré en cinco horas.

- ¡Liam! No me jodas así

- Ya, no grites. Mira a hacia tu derecha Ángela colgó la llamada y como acto seguido giro su cabeza hacia la dirección derecha y encontró a unos cuantos pasos a un hombre alto con una sonrisa en la cara. Era Liam.

- Liam -dijo Ángela mientras corría a abrazar a su amigo- Te extrañe

- Ángela -respondió Liam recibiendo aquel tierno abrazo de su amiga- También te he extrañado.

Se quedaron hablando por un rato. Luego Liam se ofreció para cargar la pesada maleta hasta el auto. Liam seguía siendo aquel mismo chico, bueno y amable de hace diez años.

Ángela se encontraba en un estado de nerviosismo. Con el poco dinero que tenia, pudo obtener un departamento en las afueras de Seattle con un compañero de departamento. Por primera vez, compartiría el piso con alguien mas que no sea su mama. ¿Como sera? ¿Sera un asesino, o tal vez algo peor? Sacudió la cabeza, evadiendo aquellos pensamientos incoherentes. Había llegado feliz y nadie va a quitarle esa felicidad.

Liam conducía al mismo tiempo que le iba comentando a Ángela sobre su tesis que le estaba a punto de partir la cabeza. Ángela descansaba su cabeza por la ventana y bostezaba constantemente debido al cansacio por la culpa del maldito viaje. Liam al ver que Ángela no le presta ni la mas mínima atención, se calla. Un silencio rondaba por el ambiente. Pero a Ángela le parecía mejor. Nadie decidió romper ese silencio

-Creo que es por aquí -pronuncia Ángela sacando un papel arrugado de su bolsillo, comprobó si era la dirección correcta- Si, es por aquí.

Liam se quedo boquiabierto mientras miraba al complejo de apartamentos enormes y bien iluminados. Nadie lo hubiera culpado los departamentos eran perfectos.

Ninfómana. [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora