6. Vida

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Habían pasados bastantes días, dos o tres semanas para ser exactos. Ángela trataba de evitar lo máximo posible a Harry. Hacia todo lo acordado en el documento,  comía tres veces al día, hacia ejercicio, y complacía a su “Amo.” Pero no le dirigía la palabra si no era necesaria.

¿Porque me siento traicionada? 

Las preguntas volaban por su pequeña mente. “Si tan solo no hubiera escuchado aquellas palabras. Si hubiera pensado con el cerebro, y no con las piernas abiertas.” Se respondía a sí misma.

 Al comienzo de los días Harry trataba de acercarse -no sexualmente- a Ángela. Pero luego notó la indiferencia y frialdad que le transmitía ella. Su orgullo no le dejo arrodillarse a pedirle una frase o por lo menos una simple palabra como “Hola.” La poca relación que tenían se había roto, si es que tenían una que no sea sexual. Al alivio de Ángela, el chico no pasaba mucho tiempo en casa debido al exceso de trabajo, pero cada vez que él no estaba ella se sentía vacía, sin aquel fuego dentro suyo que el chico le transmitía, lo mismo pasaba con Harry.

¿Que tiene esa chica? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella? ¿Porque siento que la he traicionado? Me siento incompleto cuando no está. ¡Pero qué digo! Debería estar pensando en Analia, pero no puedo evitar que Ángela cause ese efecto en mí. Esas eran las preguntas que no tenían respuesta para él, y recorrían en su cabeza como viles parásitos.

La chica no lo llevaba nada bien. Sus sentimientos de libertad, seguridad, y conformidad se habían esfumado. Para tratar de mantenerse equilibrada, busco un trabajo atractivo en el sector periodístico.

Su sueño siempre había sido el ser escritora. Simplemente, su pasión y amor era la literatura.  Encontró un puesto vacante en una imprenta que quedaba a tan solo 20 minutos del departamento. Trabajaría como columnista.

Se emociono con la idea de trabajar. Tal vez, demasiado que olvido lo ocurrido con Harry. No comento nada acerca de su nuevo trabajo, simplemente,  hizo lo mismo que hacia diariamente, comer, leer, ejercitarse, asearse, y finalmente dormir.

A la mañana despertó con ánimo, pero también con un poco de ansiedad debido a que hoy trabajaría, no por primera vez pero si después de mucho tiempo. El saludo entre ella y Harry constó en un movimiento de cabezas y nada más. Los dos se morían por hablar, pero el orgullo, el maldito orgullo no los dejaba.

Ángela lo llevaba bastante bien en su trabajo, no había pensamientos de Harry en esas horas de escritura, solo inspiración, pura inspiración. La chica estaba llevando un manuscrito que le pidió el jefe de la empresa, como se le hizo tarde, apresuró el paso. Y cuando estaba a punto de llegar, choco.

Cerró sus ojos pensando que chocaría contra el duro piso, pero en vez de eso sintió un sedoso -debido a la camisa- pero firme cuerpo. Permaneció en esa misma posición, con los ojos cerrados y sus manos abrazando fuertemente al cuerpo por unos segundos, debido al susto que agarro pensando que caería directamente al suelo. Abrió sus ojos lentamente, y parpadeo, pudo observar a un hombre bastante apuesto, que al parecer, era con quien había chocado. Ángela se ruborizó por completo.  Pero logró decir algunas palabras

  - Lo siento, estaba corriendo tratando de entregar el manuscrito que me pidió el jefe hace unas varias horas, y como se me hizo tarde empecé a correr como esas locas del manicomio -el hombre asintió lentamente- Es patético ¿no?

  - Un poco -respondió con una risa ronca- Se que soy una buena cama. Pero ¿Podrías levantarte para que pueda moverme?

  - ¡Perdón! Otra vez -dijo levantándose rápidamente- Soy nueva, lo siento. Mi nombre es Ángela -se presentó estirando el brazo en forma de saludo-

Ninfómana. [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora