Parte 3

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— ¿Vas a estar bien? — Preguntó su padre Jiāng Fengmian,con una sonrisa triste acarició la cabellera de WanYin una y otra vez sin ganas de soltarlo — Tu sabes que, si algo no te gusta, si no te sientes cómodo, si no te tratan bien mis brazos abiertos para recibirte, no dudes en ir a casa y decirme — le dijo con un tono tristón.

— Sí papá — WanYin asintió rodando los ojos, su padre solía ser muy dramático todo el tiempo y sobre protector — Adiós — le dijo a su madre y está no lo miro, pero WanYin escuchó un sollozo pequeño y supo que su madre se estaba haciendo la fuerte con él.

Lamentaba mucho tener que irse en esas condiciones, la boda no había sido más que una visita al registro civil, no hubo una gran fiesta ni comida, ni pastel y lo entendía, tenía muchas cosas más de que preocuparse que una fiesta, subió al taxi donde XiChen ya lo esperaba y lo miró con reproche porque ni siquiera se despidió de sus padres.

.-.

XiChen dejó la maleta en la cama y se lanzó en esta un rato antes de regresar por las otras dos maletas que se habían quedado en la sala, WanYin miró la casa de los Lan con modestia, no es como si fuera una mansión grande pero era grande y bonita, nada a lo que estaba acostumbrado, el pelinegro apareció en la puerta con dos maletas más y también las puso en la cama con una sonrisa tímida ambos comenzaron a acomodar las cosas en el armario del mayor y otras en unas cajas cartón mientras conseguían otro mueble.

XiChen suspiró — Estamos casados.

— Si, lo estamos —

— No puedo creerlo —

— Yo tampoco — Admitió WanYin rascándose la cabeza, temeroso por el camino que tendrían que recorrer de ahora en adelante.

— Y vamos a tener un hijo —

— Ajá —

— Tampoco puedo creerlo —

— Estaremos bien, nosotros podemos — Tomo su mano y entrelazo sus dedos — Por qué te amo —

Después de un mes viviendo con los Lan, WanYin sabía que no era del agrado del tío Lan, porque él siempre pensó que su sobrino se casaría con él hijo de los Jin "El pequeño y joven A-Yao" arremedo el menor rodando los ojos, A-Chéng no sabía que de él hasta el momento en que llegó a la casa de sus suegros. El Sr.Lan siempre lo mencionaba una y otra vez lo perfecto que era.

Era tan cruel con él, bueno tal vez no tanto, podría simplemente correrlo y no lo hacía, pero el desprecio siempre estaba en el aire.

Como cuando el menos ponía los platillos sobre la mesa, pero nunca le servía a él.

"Perdón se me olvidó" le decía.

O cuando lavaba la ropa de todos, pero olvidaba meter la suya a la lavadora.

O cuando cocinaba platillos con mayonesa a pesar de que le había dicho que no le gustaba y tampoco le dejaba meter sus manos en la cocina para prepararse algo.

"Nadie entra a mi cocina,entendiste"

O "Has esto, has aquello, tráeme esto, limpia esto, recoge esto, ve a comprar esto, lava esto"

Y no se sentía con el derecho de decir "no", esa no era su casa y no iba a imponer reglas, aparte de que no quería que Xichen tuviera problemas con su familia.

Además, no era para tanto o eso quería creer.

Lo peor es que estaba algo frustrado, el fuego y la pasión en XiChen se había apagado.

Se miró al espejo y suspiró, estaba gordito de su vientre, tenía ojeras y manchas, su cabello estaba más seco de lo normal y su piel también, se quedó viendo su reflejo hasta que las lágrimas se acumularon en sus ojos.

— ¡Estoy tan feo! — Dramatizo frente al espejo.

Espero que les haya gustado.

El Casado Casa Quiere (Xicheng )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora