Un águila, abrumada con una pena, se sentó sobre las ramas de un árbol en compañía de un Milano.
-¿Por qué- dijo que el Milano,- tienes una mirada tan pesarosa?
-Busco- contestó ella,- un compañero conveniente para mí, y no he sido capaz de encontrarlo.
-Acéptame- respondió el Milano,- soy mucho más fuerte que tú.
-¿Y cómo eres capaz de asegurar los medios de vida por medio de los raptos?
-Bien, yo a menudo he capturado y llevado a un avestruz en mis garras.
El águila, persuadida por estas palabras, lo aceptó como su compañero.
Poco después de las nupcias, el águila dijo:
-Vuela y tráeme el avestruz que me prometiste.
El milano, elevándose a lo alto en el aire, regresó con el ratón más lamentable posible, apestando por el tiempo que había estado sobre los campos.
-¿Es esta- dijo el Águila, - la realización fiel de tu promesa a mí?
El milano contestó:
-Por alcanzar tu mano real, no hay nada que yo no hubiera prometido, por más que yo supiera que podría fallar en la realización.
Moraleja: Para quien está decidido a alcanzar un objetivo deshonestamente, no le importa hacer promesas falsas.
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Fábulas de Esopo
FantasíaLa antología que estás a punto de leer recopila una variedad de fábulas muy entretenidas y con grandes moralejas que ayudarían a cualquiera. Específicamente, las que aquí encontrarás son del antiguo escritor griego conocido como Esopo, que las escri...