AMORE PERICOLOSO (Il volo)

Ojala no me secuestre...

Narra Stella:

Estaba acostada en mi cama revisando mis redes sociales y hablando con algunas amigas ya que era viernes y no tenía clase ese día, cuando de repente, me entra una llamada y leo quien es.

Pero qué carajo...es Alessio, ¿qué hace llamándome un viernes en la mañana?, no me acuerdo haber programado una cita, pero bueno, le contesto.

-Buongiorno Alessio,¿qué pasó?

Alessio

Buongiorno Stella, disculpa que te llame pero quisiera saber si te gustaría ir conmigo a una fiesta de bienvenida de mi mejor amigo en Abruzzo— Le pregunto un poco inseguro ya que recién nos conocemos y no se sí le agradará la idea de acompañarme—

-¡Woow! Me agarraste desprevenida la verdad—estaba algo extraño ya que nos conocimos hace poco tiempo y ya me está invitando a salir y fuera de la ciudad, pienso un momento y habla en la otra línea—

Alessio:

-¿Stella?

-Ooh—volví de mis pensamientos y le respondí—cla...claro que sí, me encantaría digo, que podría perder—riendo le digo— ¿Cuándo es?

Hoy en la tarde, de eso a la 1— le digo y veo la hora y son las 9 de la mañana— todavía tenemos casi una hora y media para arreglarnos y arreglar un par ropa como para dos días— le digo—

-Woow, ok, déjame organizo unas cosas y salgo ¿Dónde nos vemos?, no piensas secuestrarme ¿verdad? —le digo riéndome a carcajadas—

-No, claro que no, ¿Cómo crees? —Me rio—¿qué tal si nos vemos en el parque del otro día?

-Por supuesto, me parece perfecto, arreglo las cosas y salgo en 20 minutos, te marco cuando llegue, ¿vale?, nos vemos al rato—le digo mientras camino hacia el armario para sacar una maleta—

Narra Stella:

Ok, pensemos... mi fotógrafo con el que tuve un mal entendido, y fui a cenar y sin mencionar que nos conocemos hace muy poco tiempo me invitó a ir a una fiesta donde no conozco absolutamente nada ni a nadie, mmm, no suena tan descabellado...creo—estás loca Stella y se ríe—creo que empacaré esto, esto, estos zapatos preciosos y obvio estos tacones, pero ¿ahora que vestido me pondré? —Se pregunta sentándose en la esquina de la cama— ¡ya sé que me pondré!, el vestido que compré para la boda de Jana, ese es perfecto.

Busca una caja debajo de todas las otras de zapatos y saca una blanca donde está el vestido más hermoso que jamás se había puesto en su vida, lo saca y lo dobla para empacarlo, se cambia con una ropa casual, se aplica labial y un poco de rímel y sale. No le dijo nada a nadie que saldría de la ciudad ese fin de semana así que, cuando llegue de nuevo tendrá que explicar porque desapareció esos días porque no va a utilizar su teléfono celular, va a divertirse con personas que no conoce pero al fin a divertirse.

-Ok Stella —le digo y me dirijo a mi cuarto a guardar unas prendas de ropa y zapatos y a ducharme, me visto con un pantalón jean roto, una camisa blanca y zapatos deportivos blancos, me peino y antes de salir reviso que no quede nada conectado, y salgo de mi departamento—

Llego al parque y no lo encuentro, veo la hora y son las 10 y lo llamo.

-Oye, ¿Dónde estás?, ya estoy en el parque.

-Ya estoy llegando, en unos 5 minutos más o menos estoy ahí —le digo y luego de unos minutos llego, me bajo del carro y la veo sentada en una banca y me acerco donde ella— disculpa la demora, había un poco de tráfico.

-Pensé que me dejarías plantada—ríe—estoy lista para el viaje ¿nos vamos?

Mientras caminan hacia la estación del Tren, Alessio le va contando como fue que conoció a la familia De Gian.

-Osea que ya tienen muchísimo tiempo conociéndose, que interesante, yo también tengo una amiga que la conozco hace muchos años, se llama Fiorella, es un amor de mujer. Te caería bien—llegaron a la estación, compraron los 2 boletos que casualmente ya estaban saliendo y se embarcaron en el mismo—

- Si, llevamos bastante años siendo amigos, creo que desde cuándo éramos niños, es lindo tener amistades que duren años— le digo y compramos los boletos y nos embarcamos en el tren que ya estaba por salir, luego de casi una hora y media llegamos a Abruzzo y cogemos un taxi para ir a la mansión de los Ginoble—te va a caer bien la familia de mi amigo, son unas personas maravillosas— le digo minutos antes de llegar a la casa—

Narra Stella:

Estaba muy nerviosa cuando estábamos en camino pero al hablar con el y conocerlo mejor, me hizo sentir más tranquila, cuando llegamos a Abruzzo, los nervios volvieron a apoderarse de mí, no podía dejar de reírme, efecto que toda la vida he tenido.

Alessio me preguntaba que por qué me reía, solo lo miraba y seguía, nunca le contesté.

Llegamos a la mansión, realmente era una mansión, nunca había visto una casa tan grande en mi vida.

-Espero que si lo hagan—me rio nerviosa mientras caminamos hacia la entrada—

Narra Alessio

Íbamos en el taxi y sentía que Stella estaba nerviosa y por eso se reía pero después de unos minutos llegamos a la mansión de Gianluca y aviso que ya llegamos y esperamos a que nos habrán.

Verás que sí —sonrío—

Narra Stella:

Me la pasé muy bien ese fin de semana, compartí con la familia Ginoble, excelentes personas, sinceramente son un amor, me acogieron como de su propia sangre. Pero con Alessio, fue todo un cuento de hadas, fue muy atento conmigo como nunca nadie lo había sido a pesar de ser una gran figura pública y un muy buen fotógrafo se portó como todo un caballero, al principio si lo noté algo extraño...incomodo diría pero luego de bailar y beber algunos tragos se relajó. Hoy en la tarde regresamos a Roma, ambos tenemos muchos pendientes esta semana y por más que nos queramos quedar no podemos, así que de inmediato empaco mis cosas y salimos.

-Muchísimas gracias por traerme a este viaje, lo disfruté mucho, contigo, con la familia, el lugar esta hermoso la verdad—le dice mientras caminan hacia el taxi—

No me había percatado que una estúpida piedra estaba atravesada en el camino y me caigo...

-Oh no,¡¡mierda!! —Intento levantarme—¿Te quedaras mirándome y no vas a ayudarme? —Alessio estaba riéndose—

Narra Alessio

La pasamos genial en la casa de Gianluca, Stella disfrutó compartir con la familia de Gian, nos queríamos quedar un tiempo más pero por nuestros trabajos no podíamos, así que ya nos toca salir de nuevo para Roma, mientras íbamos caminando, Stella se tropieza con una piedra y se cae, lo cual no evito soltar la risa y la ayudo a levantarse.

Perdón, no pude evitar reírme— le digo y subo al maletero las maletas y nos subimos ya para ir a la estación del tren—me alegro de que hayas disfrutado mucho el viaje y la estadía aquí en la casa de mi amigo Stella—la miro y sonrío—