ROOFTOP: Our Favorite Place ━━ Kim Seunghun

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Al bajar al comedor ya no se encontraban sentados sino que los tres estaban parados y parecían preocupados.

El señor wonseok miraba hacia el suelo y movia mucho su pierna.

Mi padre estaba de brazos cruzados y miraba para todos lados.

Y por último, Seunghun estaba entre medio de ellos y suspiraba, al verme que me encontraba ahí me sonrió y yo me le acerqué.

— ¿Qué sucede? — le pregunté mirando hacia los dos hombres mayores.

— Nada, no te preocupes, todo solucionado — me sonrió y yo solté un largo suspiro. — ¿ella está bien?— preguntó mirando hacia la escalera

— Si, está bien, supongo que ahora va a bajar — él asintió.

Cuando mi abuela bajó tuvo una larga charla con mi padre en la cocina. Al volver ella parecía mejor asique creo que le ha dado el permiso para casarse.

Y ahora era hora de volver. Con mi padre y hun salimos de la casa.

— Seunghun — lo detuvo, haciendo que él se girará — lamento lo que te dije hoy, estaba muy descontrolado y enojado a la vez — bajó su mirada — no tenía por que reclamarte nada acerca de mi hija, ella tenie razón. —

— No se preocupe, lo entiendo señor Lee– él levantó su mirada y le dío una sonrisa nerviosa — de todos modos es su hija y por lo menos debía de enterarse de lo que estaba sucediendo —

— también lamento que se tenga que casar con alguien que no conoce — nos recordó

— mejor ni lo menciones — le dije yo y él me miró apenado

— No, está bien — me dijo hun agarándome de la mano — es su empresa y por lo que ella me dijo es que no tenían otra opción — mi padre lo miró avergonzado y se alejó un poco para hacer una reverencia

— ¿Que haces? – le pregunté sorprendida

— Realmente eres un buen chico Seunghun – hizo otra reverencia – mi hija no podría estar con alguien mejor que contigo – antes de que alguien pueda decir algo mi abuela salió con una enorme sonrisa de la casa junto a wonseok

— Gracias por venir – nos dijo a los tres

— Gracias por aceptar mi propuesta – dijo el señor wonseok

– Gracias a usted por hacerla feliz – le dijo yo con una amplia sonrisa y ambos se miraron — solo prometame que la cuidará y la hará feliz — él me miró y se me acercó

— Lo prometo — tomó una de mi mano — la cuidaré como si de un cristal se tratase, solo le daré felicidad hasta que ya no podamos movernos mas — me sonrió

– y ahí entrarás tu min a cuidarnos — dijo ella haciendo que todos rieramos.

– No se preocupen, cuando ustedes no puedan mas yo los voy a cuidar — ella me sonrió y me tiró un beso a lo lejos.

— Vayan antes de que sea tarde — los tres asentimos y nos despedimos de los dos mientras ellos se adentraban nuevamente a la casa.

— Déjenme que los llevó, es demasiado tarde para viajar — nos dijo mi padre mientras se acercaba a su auto y nos hacia una seña para que entraramos, los dos nos miramos y yo le asentí.

Nos sentamos en los asientos de atrás y al ponernos el cinturón yo me acomodé en el hombro de hun el cual al sentir mi peso apoyo su cabeza sobre la mía y entrelazó mientras manos.