Capitulo 7 El diario de viaje olvidado de Amnesia

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En cierto lugar, había una misteriosa chica que un día perdió la memoria.

Se llamaba Amnesia. Tenía diecisiete años. Llevaba una gruesa diadema negra en su blanco y liso pelo que le llegaba hasta los hombros, y sus ojos verde jade eran tan hermosos como las flores del verano.

Llevaba una túnica blanca, una falda negra y botas altas. Parecía haber conservado algún recuerdo del manejo de una espada, porque también llevaba un sable en la cadera. Era el atuendo de alguien que no sabía exactamente si era maga o espadachina.

No podía recordar nada. Lo único que le quedaba de su vida anterior eran algunos hábitos, muy arraigados, como cuidar su arma antes de acostarse o revisar su diario después de despertarse por la mañana.

La chica venía de una ciudad aislada a poca distancia. Se llamaba la Ciudad Santa, Esto, y ella viajaba hacia ella, aparentemente. Lo supo por su diario.

Allí debía haber algo para ella, en Esto.

Siempre existía la posibilidad de que llegar a Esto no le refrescara la memoria. Ese miedo la invadía como una ola varias veces al día, pero aun así, no podía hacer otra cosa que seguir adelante.

Ese día continuaba su viaje, escribiendo cuidadosamente en su diario, que tenía inscrito en la portada "Lee esto cuando te levantes por la mañana". Anotó los acontecimientos de cada día de su estancia.

"¡Bienvenidos! ¡Esta es la ciudad fronteriza, Albed! ¿Eres un viajero?"

"Mm. Bueno, supongo que sí".

Después de saludar al guardia de la puerta, respondió secamente a sus dos o tres preguntas y pasó sin incidentes por la inspección de inmigración. En su última pregunta, el guardia la miró con desconfianza y le preguntó: "....Parece que llevas una túnica, pero no eres un mago, ¿verdad?".

"No puedo usar la magia ni nada... así que no", respondió, ladeando la cabeza con confusión. Esa era la verdad, e incluso si alguna vez había sido capaz de usar la magia, ciertamente no podía recordar ninguna ahora. Parecía aceptable decir que no era una maga.

Al final, el guardia miró el sable que colgaba de su cadera y decidió que no lo era. Entonces abrió la puerta y ella la atravesó.

Ante ella se extendía un paisaje urbano bastante común. Habían calles bordeadas de edificios de ladrillo, y las calles estaban pavimentadas con el mismo ladrillo. El musgo brotaba de los huecos entre los ladrillos en parches. El paisaje daba la vaga sensación de que la ciudad albergaba una profunda historia, que permanecía allí sin cambios desde tiempos inmemoriales.

Por otra parte, no era difícil encontrar ciudades como ésta, y ésta no tenía ningún encanto especial ni nada que la diferenciara.

Pero ese no era el caso de esta chica.

"... ¡Es Hermoso!"

Todo lo que le llamaba la atención, todo lo relacionado con los lugares que visitaba, era nuevo para ella. La escena que tenía ante sus ojos era fresca y nueva. Todo brillaba como el oro. Estaba cautivada.

Para no olvidar ese paisaje, sacó su diario y comenzó a escribir la belleza de la ciudad, para beneficio de su yo del mañana, mientras caminaba. Aunque no tuviera memoria, podría capturar la belleza en su diario con sus palabras. Eso es lo que decidió.

Y probablemente no era la primera vez. Al repasar el diario, descubrió que a menudo se explayaba sobre la belleza de otras ciudades como ésta.

Y así, la chica se perdió en el movimiento de su pluma sobre la página y no se dio cuenta de que la otra persona se dirigía directamente hacia ella.

Majo no Tabitabi: The Journey of Elaina Novela Ligera Volumen 4 en Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora