LXXXI

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Pasaron los minutos y TaeHyung seguía sin poder dejar de llorar, ignoraba las palabras de JungKook que intentaban calmarlo.

El azabache comenzaba a preocuparse un poco.

—Vamos a lavarnos, Tae. — dijo, antes de cargarlo, con los brazos del otro rodeando su cuello y las piernas abrazando su cintura.

El baño era limpio, con una ducha especial para JiMin, y una silla de plástico donde el chico se sentaba para no dañar la silla en la que se movía, y que JungKook usó para sentar a TaeHyung.

Bañó el cuerpo de su novio primero, sus sollozos se habían calmado pero seguía dejando fluir lágrimas.

Al terminar lo miró dedicándole una pequeña sonrisa.

—¿Estás bien?

TaeHyung asintió, murmurando, no lo había dejado de hacer desde que habían acabado, JungKook comenzaba a fastidiarse con eso, pero no podía culparlo, así que no dijo nada.

—Me ducharé rápido y saldré. ¿Quieres ir al cuarto y vestirte?

TaeHyung volvió a asentir, JungKook dejó un beso en su frente antes de que se levantara, saliendo del baño.

Cuando terminó la ducha, se sorprendió al ver que TaeHyung, además de hacer lo que le había dicho, había ordenado toda la ropa que habían tirado y había sacado las sábanas manchadas.

—Hay que decirle a los demás. — dijo JungKook, ya vestido, refiriéndose a la ya no-mudez de TaeHyung.

Tomados de las manos, salieron de la cabaña, con intención de ir al comedor, o a donde vieran gente.

Quizás para su desgracia, la primera persona que encontraron fue YoonGi, quien se había quedado esperando en el comedor, mirando por la ventana hacia las cabañas, a que ambos chicos terminaran, y al verlos salir había ido corriendo hacia ellos.

—¡Mierda, JungKook! ¿Qué eres? ¿Un vampiro?— habló, aún a unos metros de distancia, podía distinguir las marcas en el cuello de TaeHyung, sobresaliendo del cuello de su remera.

Parecía que iba a decir algo más, pero frunció el ceño al ver los ojos enrojecidos por el llanto de TaeHyung, y sólo le tomó unos segundos más en captar los murmullos que el castaño decía.

—¡TaeHyungie!— gritó con felicidad, abrazando al chico. — ¿Qué pasó? ¿Puedes hablar? ¿Puedes decir YoonGi? ¿Yoon-Gi?

—Yoon-Gi.

TaeHyung rió, por primera vez, para pedido de ambos, una risa dulce y tierna, llena de felicidad.

—Oh, JungKook no llores. Eso no es de machos.

—Tú también estás llorando.

—Tú también estás llorando

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Mute¹ | kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora