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Esa mañana, como ya era costumbre desde que la conoció, se sentaba frente a la ventana a pensar y, tal vez, encontrar por fin la solución que lo condujera hacia ella.

Así, sentado en una silla de madera acompañado de un pocillito de porcelana, con café en su interior, seguía con la decisiva charla que mantenía consigo mismo.

Ese día, en comparación con los otros, se puso de pie y levantando la vista hacia el sol, que desde que el día comenzó lo miraba un poco coquetón, sonrió por haber hayado el final a su duda.

Y quizá, nuestro risueño astro, había creído, dulcemente, que él era el motivo de su rostro enamorado.

Pues la resolución había sido encontrada y el fallo dictó lo siguiente:

—Bueno, ¿qué puede pasar? El amor es un problema, claro esta, pero estos alguna vez deben ser enfrentados.

Y antes de partir pensó: «Seguramente sera bueno llevar unas cuantas rosas» y tomo algunas de su jardín.

Ya en marcha oliscó las flores y recordó el aroma de su perfume. «Sé que le encantará», se decía a sí mismo.

La mujer en cuestión era una de cabellos tan oscuros como la noche misma, una tez muy clara y una mirada dulce de pardo color y su voz, su voz era suave tan suave como el canto de un gorrión y tan dulce como los colores del arcoíris que dibuja el cielo al culmino de una llovizna.

Cuando él la escucho por primera vez estaba detrás de los arbustos y ella, asegurándose de que nadie la escuchara, comenzó su canto mientras regaba las florecillas multicolor de su madre. Pegó un grito ahogado al escucharla y guardo cada una de sus notas en lo más fresco de su mente, mientras se dirigía nuevamente a casa con el encargo de su padre en manos.

...

Pretendía llegar hasta la que recordaba era su casa, pero sus pies siguieron el camino hasta un viejo cementerio con olor a tierra mojada.

-Oh, señor Maximiliano. ¿Viene hoy también a ver a su esposa?-preguntó el celador sentado junto a la puerta de entrada.

Don Maximiliano había olvidado, nuevamente, que su bella esposa descansaba ya en el otro lado de la vida, allí donde todo termina. Y una lágrima resbaló por su mejilla.

-Te amo, Isabel-le susurró al cielo.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2021 ⏰

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