Der Tanz Der Schatten (WonHui)

[ 𝖊𝖑 𝖇𝖆𝖎𝖑𝖊 𝖉𝖊 𝖑𝖆𝖘 𝖘𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆𝖘 ]

El velo de la luna, la sombra de la ventana, su luz menguante. Oh, la noche y el baile de las notas bajo sus dedos. El espíritu de Selene en su piel.

El corazón abierto. La silueta, reflejada.

Wonwoo siguió el sonido del piano, la melodía en su amplio salón. No se colocó las gafas, se levantó descalzo y ahora se guiaba por el único sentido en el que más confiaba.

La música, con suavidad, desgarrando el ambiente sin deshacer esa tranquilidad típica de la noche.

Entró a la sala. Frente al ventanal alto, con sólo luz de luna, Junhui estaba sentado tras su piano de un blanco puro, con las pestañas bajas y el sueño muy lejos de él.

Noches de insomnio, de pesadillas. Junhui y sus pesadillas.

(Gleichwohl hast du Deine Augen versteckt. Meine Augen sind so Dunkel)

—¿Te despertó el sonido del piano o fue mi ausencia?

El hombre de cabellos castaños y pijama de seda del color de la plata giró su cabeza hacia él. Levantó su mirada, a su amante entre las sombras. Wonwoo, de cabello color azabache, más oscuro que esa misma noche de luna llena. De ojos penetrantes, lóbrego iris.

(Lichtschein hinter der Dunkelheit. Auch sind die Visionen schwarz, schwarz wie die Nacht)

—Creo que habíamos quedado en que tu ausencia es la única variable que provoca una reacción tan inmediata en mí.

Caminó, el suelo de madera bajo sus pies desnudos. La pijama de azul oscuro.

—Perdón... No es mi intención, pero no puedo dormir.

Wonwoo llegó hasta él y Jun se hizo a un lado en el banco amplio donde se sentaba a tocar su piano. Se sentó junto a él. Hombro a hombro, los muslos juntos.

—No tienes que disculparte, amor.

Wonwoo le quitó unos mechones de su frente y Jun lo miró con dulzura, aliviado de ese gentil toque. Las tinieblas de la memoria onírica en su expresión azorada.

(Ein Licht das mir gezeigt hat, dass du von Angst erfüllt bist. Das Dämmerzustand des Menschen)

—Tiene una belleza especial.

El azabache sonrió. ¿Cuántas veces más tenía que ver al rostro de Jun y darse cuenta de que un millón no bastarían para quitarle la sorpresa de que lo seguía amando igual?

—¿Una belleza especial? ¿Los malos sueños?

Wonwoo negó.

(Erzähle mir bitte warum du diese Angst in dir trägst. Ist meine Zeit... das Daseins)

—Tú, tocando tu piano en medio de la noche, como un búho, un noctámbulo. Es poético. Incluso la luz de la luna sobre ti. Moon Junhui.

El mencionado rió con suavidad y se inclinó un poco hacia Wonwoo para darle un ligero empujón.

—Vaya, profesor, pero sí de poesía usted sabe más.

Susurró. Wonwoo se encogió de hombros.

—«Carmina coelo possunt deducere lunam» —Pasó sus dedos por las teclas y tocó una al azar. No conocía mucho del instrumento, pero el sonido no fue estrepitoso, un simple toque aleatorio—. "Las palabras mágicas pueden traer la luna del cielo a la tierra". Es de Virgilio.

Junhui tocó otra tecla, con un sonido dulce que contrastó con la tecla precedida por Wonwoo.

—Sí, tiene una belleza especial. La poesía le hace justicia a todo.