🌹- Bloody Prince -🌹 | 🌹 Sunki 🌹

🌹- CAPÍTULO 13 -🌹

🌹- Daniel -🌹
~1956~

Un joven de 16 años se encontraba en su habitación dibujando en un cuaderno, estaba aburrido sin nada más que hacer, ya había echo sus tareas y su casa estaba muy limpia como para poder hacer algo productivo en esta, por ende su único pasariempo en ese momento era dibujar, escucho el timbre de su casa por lo que tuvo que dejar de lado su obra de arte (un dibujo de bolitas y palitos) para ir a abrir la puerta.

Abrió la puerta pensando que era Sunoo más sin embargo se llevó una gran sorpresa al ver al chico que los había atendido en aquella cafetería en la que comieron hace unos días.

- Hola -Lo saludó el moreno tratando de sacar al menor de su pequeño estado de shock.

- Hola... -Respondió un poco confundido mirándolo a los ojos, el chico era bastante guapo- ¿Buscas a alguien?

El moreno sonrió de forma coqueta antes de acercarse al niño de forma peligrosa haciendo que las mejillas de este se pusieran completamente rojas.

- Sí, a ti -Sonrió hacia el menor- ¿Puedo pasar?

Daniel asintió aún con sus mejillas rojas de la vergüenza, estaba demasiado desubicado con la actitud del chico, para empezar ni sabía cómo había obtenido su dirección, sin embargo decidió confiar en él, al fin y al cabo ¿Qué sería lo peor que podría pasar?

Ambos chicos se sentaron en el sofá de la casa del menor con este algo incómodo y sin saber muy bien qué decir o hacer, el moreno pareció notar eso por lo que decidió hablarle

- Quería... Hablar contigo -El menor lo miró poniéndole toda su atención, empezó a sentir algo raro en el pecho, algo cálido- Aquel día en el que fuiste junto a tu amigo a la cafetería algo en ti me llamó la atención -Susurró acercándose al menor y tomando su mentón suavemente, lo miró que los ojos notando que su plan estaba funcionando.

- Y-yo... -El chico estaba completamente sonrojado y sus ojos un poco cristalizados por la vergüenza que sentía en ese momento, sin embargo su cuerpo no reaccionaba y su cerebro le estaba haciendo pensar que él también tenía algo que le gustaba.

- No digas nada pequeño... -Acaricio su mejilla suavemente sonriendo aún más y se acercó al menor para besarlo, besó que fue correspondido.

Tenía al chico justo donde lo quería, había usado su control mental, cosa que muy pocos vampiros lograban hacer, y había logrado tener al menor a sus pies.