-Desde la caída de los Akaias, el mundo fue devastado por la oscuridad, el reino de Treiro erradico a los Zerín y los guardianes fueron sellados por Altia para perderse en el inalcanzable cielo y jamás volver a ser vistos, los demás reinos se ocultaron y colocaron barreras para proteger a su gente de la inevitable destrucción y hasta el día de hoy siguen siguen de pie-.
-Oye mamá pero, ¿esos son solo cuentos verdad?-.
-Claro mi pequeña princesa-.
Yo pensaba que eso era verdad y que todos en la tierra estaban bien pero como todo lo que decía mi madre, era mentira, pero en ese entonces no cuestionaba las razones de mi madre para hacerlo y entonces pregunte.
-Oye mami pero ¿Por qué no podemos bajar a la tierra?, ¿Por qué seguimos en el cielo?-
-Oh, pues porque, aunque las historias que te cuento no son reales, las personas del suelo son malas y avariciosas, si bajáramos, no nos aceptarían-.
-Y, ¿Por qué no mami?-.
-Pues porque, los terranos no saben aceptar las cosas diferentes-.
-Ohhh-.
-Bueno eso no importa cariño, ahora lo que si importa es celebrar tu cumpleaños ¿no es así?-.
-¡Sii!!-.
Aunque sabía que mi madre no decía la verdad, decidí pasarlo por alto durante muchos años, pero entonces crecí y comencé a darme cuenta de muchas cosas, mi madre se volvió una desconocida ante mis ojos, me di cuenta de ello el día de los juegos interescolares de magia, donde descubrí mi poder.
Hace una semana
-Pero madre, ¿Por qué voy a ir a los juegos?, ni siquiera tengo poderes para competir-.
-Ay hija, pues te la pasas todo el día en el castillo, ya es hora de que hagas algo que valga la pena, no como ese proyecto de arte que tienes-. Sus palabras dolieron de cierta forma, pensé que lo habíamos dejado atrás, pero mi madre me seguía criticando por mis acciones.
-Pero, pensé que estabas de acuerdo con ese proyecto, no me dijiste nada cuando lo comencé-.
-Solo te dejé hacerlo para que no me molestarás en las reuniones de consejo, pero no creo que valga la pena-.
-Pero...tampoco tengo magia para competir...-. Para participar en los juegos de magia tenías que tener magia, algo que yo no poseía, desde que nací no fui "bendecida" como dice mi madre con ese poder, la única habilidad que tenía era ser buena en arquería, algo que hacía que ella me despreciara de alguna forma y aunado a eso ella decía que no tenía ningún talento productivo.
-Eso no importa hija, se que lo lograras y sino al menos lo intentaste, no te enseñe todos los hechizos y técnicas de magía para nada-. Sus palabras tenían un tono molesto, como si ya estuviera harta de mi, no entendía el razonamiento que ella tenía, si sabía que no tenía ninguna ventaja aún con sus conocimientos.
-Pero...también esta el tema de mis alas...-. Mi madre estaba consiente de ello, como soy altiana, poseo alas, pero no funcionan.
-Ay hija, ya por favor, no veo ningún inconveniente con eso, nunca las usas, con que no te estorben en los juegos, no tengo ningún problema-. Hace algunos años, tuve un accidente, por un descuido de los guardias cruce la frontera, la parte del cielo en la cual no podemos mantenernos de pie en las nubes, no sabía cuanto había caído, tal vez unos dos kilómetros del cielo hasta la tierra, por suerte mi madre llego a "tiempo" para amortiguar mi caída, por desgracia un ala se rompió y no pude volver a volar, pero al menos pude estar unos cuantos segundos en la tierra, se veía hermosa, lastima que duro muy poco.
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Enemigos del pasado
FantasyUna nueva profecía a sido escrita, la princesa subestimada será quien salve a los reinos de la destrucción, ¡victoria a la salvadora!