MICHELLE ━━━━ hp series

𝗉𝗋𝗈𝗅𝗈𝗀𝗎𝖾

EL AMOR DE LA
JUVENTUD NO DURA
TODA LA VIDA.

— ¡BASTARDO!, ¡ESO ES LO QUE LLEVAS EN EL VIENTRE!

Pará que entiendan el contexto, Victoria, la primogénita del primer linaje Wardley, la próxima representante de las tres familias de su apellido, hace pocas semanas se había enterado de que estaba embarazada, ¿El problema? su próximo hijo o hija sería un bastardo, algo que hizo temblar a sus padres. Si su hija tenía un bebé fuera del matrimonio tenían mayor posibilidad de que las demás familias quisieran quitarle poder y voz a ellos.

Algo que su padre: Julián, el actual representante del primer linaje Wardley no iba a permitir.

— ¡NO VOY A PERMITIR QUE NOS QUITEN TODO LO QUE NUESTROS ANTEPASADOS CONSIGUIERON, POR UN ERROR TUYO! — bramó Julián, el señor mayor de cincuenta años se encontraba en cólera, las venas de su rostro se le marcaban contra la piel, cuál había dejado el color fantasmal que había adoptado al inicio para ser un rojo infernal.

— ¡ABORTARÁS AL MALDITO PARÁSITO ANTES DE QUE NOS CUESTE LA VIDA! — Victoria hacía todo lo posible para retener las lágrimas, ella siempre había sido—lo que la mayoría de los padres de sus amigos decían—la hija perfecta, buenos modales, hermosa, leal, trabajadora y con buenas notas en el colegio siendo prefecta y premio anual de su generación, ella se consideraba perfecta. O lo fue, hasta que cometió el error de quedar embarazada de un hombre al que una vez amo... o seguía amando, ni ella lo sabía.

Fue ese error el que hizo que el mundo de mentiras dónde vivía comenzará a caer.

Fue el error el que hizo que los trapos sucios de su familia saliera a la luz.

Un error que ¿Salvó o arruinó su vida?

Por otra parte, ese error le había dificultado años de su vida, años en los que temió por la misma, dónde no podía estar cerca de algún familiar que no fueran sus hermanos porque estaba segura de que recibiría un Avada Kedavra.

Pero aquello que había llamado error a sus veintitrés años, actualmente era lo más preciado que tenía.

— Mami — el llamado de Michelle hizo que Davianna dejará de cocinar.

— ¿Si, mi vida? — la mujer de veintisiete años volteó a ver a su hija.

— ¿Por qué no tengo amigos?

La pregunta tomó por sorpresa a Davianna, si bien había visto que Michelle se acercaba a los demás infantes, no había observado el trató de ellos hacía su pequeña.

Esa fue la primera vez que se sintió cómo una mala madre.

Y ahí estaban ahora, seis años después, era el cumpleaños número once de Michelle y lo que tanto había querido evitar, había llegado.

Su hija despertó como todos los días, desayunaron panqueques y lo que parecía ser una mañana normal—justo como cada cumpleaños—, se fue al caño cuando Davianna intuyó que algo andaba mal.

— Suéltalo — Michelle se sobresaltó al escuchar la voz de su madre.

— ¿Qu-

— Vamos. ¿Qué quieres decir? — Michelle la miró, y los profundos ojos chocolate de su madre hizo que la niña suspirar.

Michelle se quedó unos segundos en silencio hasta que tomo aire y finalmente hablo:

— ¿Quién es mí padre? ¿Por que no está aquí con nosotras? ¿Nos abandono?, ¿Me conoció, siquiera?

Todo lo que Michelle había estado guardándose por años lo soltó en ese momento. Cada vez que abría la boca una nueva pregunta salía de ella, lo que no sabía es que el misterio de saber quién era su progenitor sería lo que desmoronaría su vida, y no solo la suya... Más personas caerían y se ahogarán en un mar de mentiras, y Victoria Wardley sería la culpable de ello.

𝐌𝐈𝐂𝐇𝐄𝐋𝐋𝐄

—𝐒𝐈𝐍 𝐄𝐃𝐈𝐓𝐀𝐑