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Gruñí al escuchar ese estúpido reloj que le hacía entender que sus pocas horas de sueño habían llegado a su fin, dando comiendo a casi 7 infernales horas en un instituto en el que cada estúpido año se repetía la misma historia, y cada año las miradas estaban puestas en mí como si fuera un bicho raro de alguna extraña especie.


Me levante con esperanzas de que el primer día de clase fuese algo ameno, me estire frente el armario que guardaba mi ropa escuchando como algunos de mi hueso crujían.


Genial cualquier día me rompo.


Mire el armario de arriba abajo buscando algo que ponerme, pensé en ponerme unos pantalones grises deportivos bastante holgados con una sudadera holgada del mismo color, ya que era de las cosas más cómodas del planeta. Pero recordé que era el primer día de instituto y la gente solía venir realmente bien para demostrar lo bien que le había sentado el verano, cosa que en mí no había pasado.


Moví mi cabeza intentando dejar mis pensamientos a un lado y tome un top negro de manga corta ceñido a mi cuerpo, unos pantalones algo holgados rotos por la rodilla y por último tome unas Jordan 4 negras, y me dirigí al baño para tomarme una pequeña ducha y poder alistarme para salir.Una vez duchada y arreglada baje rápidamente las escaleras cogiendo mi anorac negro, un gorro del mismo color para que evitar que pelo despeinaba demasiado, me coloque mis auriculares y mi mochila, y me encamine al instituto viendo como apenas quedaban 15 minutos para entrar.


En cuanto pase por la puerta de la entrada todo el mundo clavo la mirada en mí, mientras susurraban cosas sin molestar en levantar la vista de mí. Yo me centre en mí música y me encamine a mi primera clase para recibir el horario y empezar con el curso.


Después de 3 horas de clase en las que básicamente nos habían hablado un poco de que es lo que haríamos tocaba la hora del desayuno, así que tome mis auriculares de vuelta y me encamine a este. Me senté en la mesa de siempre que ya se había convertido en mi mejor amiga y saque mi libro de uno de los bolsillos de mi mochila y junto mi música y mi libro me puse a comer.

Tras un buen rato en el que ya me había comido mi comida levante la vista con el ceño fruncido al escuchar mucho murmullo, normalmente era normal debido a que era un comedor y la gente solía hablar muy alto, pero no tanto como para que traspasase mis auriculares. Cerré mi libro marcando la página por donde me había quedado y me quite uno de mis auriculares, observando al igual que el resto aquella escena


-¿Hola chico nuevo, porque no vienés a sentarte con nosotros?-Dijo Bryan uno de grupito de los estúpidos chicos que por tener una cosa entre las piernas se creían demasiado, muchas de la chica se morían por ellos cuatro, pero otras, en las que me incluyo los odiaban


-Estoy acabando de comer-Escuche la voz neutra del chico que apenas levanto la vista de su teléfono. Joel, otro chico del grupito lanzo la comida del chico a suelo riendo como si fuera el mejor chiste del mundo

-Ya has acabado-Dijo con una cínica sonrisa en la cara.

Me fijé en el chico, aparentemente no parecía el típico chico que se dejaba pisotear por cualquiera, pero supongo que las apariencias engañan. El chico era musculoso lo noté por sus brazos, su cabello era rubio oscuro peinado hacia atrás algo rebeldes y por último sus ojos eran realmente preciosas, eran de un color grisáceos precioso.

Moví la cabeza dejando de admirar al pobre chico que no parecía estar demasiado cómodo y me levante, dejando mi teléfono y libro a un lado, me acerque a la mesa tomando la bandeja de comida ante los ojos de todos y recogí la comida que había tirado uno de los graciasillos al suelo y con ayuda del tenedor la volví a colocar sobre la bandeja, en un silencio sepulcral me dirigí a la mesa de los chicos cambiando una de las bandejas por la que había tocado el suelo y volví a donde ellos estaban, deje frente al chico la bandeja

-Aquí tienes tu comida- dije dedicándole una pequeña sonrisa, levante la vista borrando mi sonrisa y fruncí mi ceño-Largo, si el chico ha dicho que no quiere es que no quiere-Los chicos se quedaron en silencio sin saber que decir- ¡Largo ya!-Dije elevando mi tono de voz

-Esto no ha acabado aquí chico rarito-Dijo Federico mirándolo con asco

-Creme que si lo ha hecho, o eso espero que hagais por vuestro bien-Los 4 chicos lo miraron mal y se dirigieron a la mesa de vuelta. Yo di una pequeña sonrisa al chico y volví a mi mesa a lo que había estado haciendo hasta hace apenas unos minutos.

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2021 ⏰

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La caballera de su propio libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora