Capítulo dos. The perfect face.

1K 185 20
                                    

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

Capítulo dos. The perfect face. 

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

Aún dudaba, Missy aún tenía un pequeño golpe de no saber qué hacer a pesar de que estaba al otro lado de la calle donde podía ver perfectamente la puerta negra donde supuestamente debía de hacer de modelo de arte.

Fue una discusión ardua, no sólo consigo misma sino también con Beth y hasta su hermana menor en donde ambas expresaban que desperdiciar una oportunidad tan unica, además de que pagaba más que ser una trabajadora de tiempo completo, ellas mismas se enojarían personalmente por su rechazo a lo nuevo. Missy se sintió acorralada y, con curiosidad llenando su pecho, decidió aceptar su destino extraño.

Se puso el mejor vestido que tenía, el único mejor dicho. Uno de color verde con pequeñas hojas mas oscuras rodeando sus mangas largas y siendo apretada por un cinturon elegante con detalle dorados. Cuello alto y falda hasta las rodillas que dejaba a la vista los pequeños bordados blancos en sus bordes. Era viejo, fuera del estilo normal que usaban el resto de damas ya que perteneció a su abuela que se lo pasó a su madre y, como desecho, fue a sus manos.

Sus manos, cubiertas con unos guantes de cuero negro, golpearon suavemente la puerta y, ante el teercer golpe, fue abierta de un golpe dejando a la vista a el mismo hombre que la habia abordado en la tienda de confecciones. Henry Granville. Cabello despeinado, camisa apretada en un elegante chaleco bordado en rojo y verde y, para el espanto de Missy, parecía estar disfrutando de su encuentro.

— Buenas noches, señor Granville. — susurro Missy con las manos apretadas en su cintura mirando a este hombre, que olía a hierbas y té.

— ¡Sin duda alguna es una buena noche! ¡Es bueno saber que vino, señorita Colton! ¡Pase, por favor! — ánimo Henry dando un paso atrás dejando la puerta libre.

El pasillo, tan elegante que hizo arrugar la nariz de Missy, tenía flores en pequeños jarrones que estaba segura que valen más que su propia casa así que, con las manos apretadas en su cinturón, dio pasos cuidadosos con sus zapatos marrones lustrados y se giró al hombre en el momento que se adentro un poco más en el pasillo de paredes color hueso y estampadas con flores.

— Venga por aquí, señorita Colton, tengo un cuarto preparado solo para usted. Debe saber que retratar rostros es terriblemente difícil sin una buena luz así que si las velas son muchas para usted puede decírmelo. — empezó a explicar Henry guiando a la mujer por el pasillo que, poco después, se abrieron en una sala elegante donde había algunas personas charlando y, justo al final, había una puerta abierta donde Missy pudo ver, perfectamente, a dos mujeres desnudas posando totalmente quietas en unas tarimas elegantes. — ¿Señoría Colton? Oh, veo que disfruta de las damas.

MUSA - benedict bridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora