Capítulo tres. Oh, I want to draw only her.

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Capítulo tres. Oh, I want to draw only her.

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Benedict había tenido momentos en su vida donde pudo concentrarse en el arte. Esos momentos de inspiración llegaban como las olas a las orillas y sabían quedarse como la espuma en su conciencia pero, por primera vez, se había centrado en una sola persona.

Normalmente su inspiración se esparcía en todos los que lo rodeaban, tenía muchos dibujos de Daphne y su melancólica mirada que ponía cuando algo salía mal, algunos otros de Eloise leyendo puede que también tenga de Anthony y Colin entre la pila pero jamás los había dibujado más de tres veces.

Esta era la primera vez que sus manos simplemente lo guiaban a el mismo perfil, al mismo par de ojos filosos que lo miraban a través de las hojas, los labios que se abrían solo para comer dulces, el vestido suelto que quedaba como un sueño entre las nubes.

Missy. Benedict sabía su nombre lo había repetido cada vez que reapareció en las páginas de sus páginas de bocetos que en algún momento estuvieron vacías y, a pesar de que seguía sintiendo que estaba equivocándose, ya no se atrevía a arrancar las páginas y tirarlas por el aire, al contrario, las preservó con miradas juzgadoras.

Claro, había sido mucho más cuidadoso con quien lo veía dibujar porque temía que si su madre veía el rostro desconocido de Missy sea capaz de meter su nariz en lo más hondo de los problemas que no le interesaban.

— Has estado muy callado — dijo, al aire, Daphne que estaba al otro lado de la sala parecía ser la única presente a pesar de que había sido la más ocupada estos días tan alborotados.

— Mi silencio puede que signifique la paz en la que me encontraba hasta que decidiste darme el placer de tu presencia — tarareo Benedict cerrando con mucha rapidez su libro de bocetos. Alejo las piernas del borde del sillón y decidió sentarse derecho a pesar de lo cómodo que se encontraba. — ¿No deberías estar preparándote para el desayuno con el duque?

— ¿No deberías no preguntar cosas que no te interesan?

— Oh, ya veo, estás molesta — tarareo Benedict reconociendo la voz melosa de su hermana menor la cual, que se parecía a Eloise en solo algunas cosas, parecía tener el mismo tono de molestia que todas las mujeres de la familia. — ¿Ocurrió algo?

— Nada que me gustaría discutir contigo.

— Bien,veo que no soy bienvenido ni en mi propio hogar.

— Benedict...

— No, está bien. Necesitas tiempo a solas después de tu numerito con el príncipe anoche. Tengo cosas que hacer.

Benedict, sin tener el humor o la paciencia como para soportar a su molesta hermana, se levantó y, sacudiendo su ropa llena de pequeñas migajas de galletas, pasó por el lado de su hermana la cual se veía terriblemente molesta pero, como le habían enseñado, no pareció dispuesta a enseñar más allá de un ceño fruncido y labios apretados.

Él sabía que debía de preocuparme un poco más la situación por la cual estaba pasando Daphne, claro, ella estaba empezando a interiorizarse en la mente de aquel príncipe molesto que había llegado hace lo que se sentía una eternidad y, a pesar de que parecía tener todo bajo un control calculado, cada dia se veia mas cansada, y estresada y, sobre todo, más molesta.

MUSA - benedict bridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora