¿My Bad Boy? (Kim Taehyung y Tu)

Sin esperanzas.

POV ___;

–Ahh... -Rió- Era una broma, en realidad ella estaba interesada en Jimin, y la invité para que lo conociera... Espera... -Dejó de hablar por unos segundos y se quedó pensativo- ¿Es por eso que lloraste y no te volví a ver aquel día?

Me puse muy nerviosa ante su pregunta. Si, por eso había llorado. Pero él no debía de saberlo, es tan patético y vergonzoso.

–¿Llorar? ¿Quién lloro? -Bufé.

–Como sea -rió- Era mi prima.

Me quedé callada y terminé mis galletas. Me tumbe hacia atrás, para recostarme en el suelo, mirando a las estrellas, totalmente relajada. Tae imitó mi acción, y ambos apreciamos el cielo.

–¿Por qué ibas a hacerlo? -Preguntó.

–¿Hacer qué? -Como si no supiera de lo que él hablaba.

–Suicidarte.

–No es de tu incumbencia. -Ignoré su pregunta.

–Tienes razón. No hablemos de eso si no quieres hacerlo. No puedo juzgarte, ni darte consejos porque no sé el dolor con el que cargas, y para ser honesto tampoco sé para que vivo. Pero sigo buscando mi razón y motivación. Quizá algún día comprenda porqué estoy aquí. Si las cosas son difíciles, toma un respiro de vez en cuando, y huye de la realidad conmigo, como ahora mismo. No te preguntaré lo que pasa, no te recordaré nada que no quieras, pero cuando lo desees, puedo escucharte y secar tus lágrimas. Solo mantente en este mundo. Algún día valdrá la pena.

Me quedé callada ante lo que dijo. Una lágrima salió, recorriendo mi rostro. Nunca había sentido tanto apoyo por parte de alguien, ni me habían dicho algo así. Quizá no era tan idiota como lo creí.

Asentí y cerré mis ojos.

POV Wonho;

Finalmente llegué al hospital y me bajé de prisa. Entré y pregunté por el doctor que atendía a mi hermana. Me pidieron que esperara en la sala y que él vendría en cualquier momento. Tal como lo dijeron, no tardó mucho en llegar. Fueron apenas unos minutos, pero la ansiedad y el miedo me consumían totalmente.
Me puse de pie cuando se acercó a mi para hablar.

–Doctor, ¿cómo está mi hermana?

–Hubo unas complicaciones, pero logramos estabilizarla. Por ahora necesita descansar, pero podrá verla mañana. -Hizo una pausa- Estamos haciendo todo lo posible, pero para serle sincero, las quimioterapias no están dando resultados y la enfermedad solo sigue avanzando.

–¿Qué quiere decir doctor? -Me asusté.

–Mire... Ya no le daré más esperanzas y lo mejor es que se prepare para lo peor. El cáncer está muy avanzado, lo que recomiendo es que ya no gaste más su dinero en vano, y disfrute de los últimos momentos con su hermana.

–No doctor, mientras exista aunque sea el 1% de posibilidades, no me voy a dar por vencido y lucharé por la vida de mi hermana hasta el final. Y por el dinero no se preocupe, para eso trabajo.

–Si eso decide, yo seguiré haciendo mi trabajo también. Pero aferrarse solo provoca más daño, y no solo para usted, su hermana también sufre todos los días. -Suspiró- Debo ver más pacientes. Pronta resignación. Nos vemos.

Saber de eso me había destrozado el alma por completo. No podía dejarla ir, pero tampoco debía de ser egoísta y tenía que pensar en ella.

Salí del hospital con los ánimos por el suelo. ¿Qué debería de hacer? ¿Cómo la dejo ir? La vida es tan injusta, ella aún es tan pequeña y le queda tanto por vivir. ¿Por qué a ella? No le hacía daño a nadie, la gente mala es la que se debería ir de este mundo. Si tan solo pudiera darle mi lugar, mi salud para que lleve una vida plena y que muera de vieja. Ella merece más vivir de lo que yo merezco.

A mi se me parte el alma tan solo de pensar que no estará aquí. Quiero darlo todo hasta el final, pero a la vez debo pensar en ella. La amo tanto, la amo con mi alma, no hay nadie que ame más que a ella, esto no es justo. Sin ella yo me muero.

Es toda lo que tengo en este mundo, ella es mi familia y mi razón de vivir. Me quiero ir con ella, porque si no está conmigo, yo tampoco quiero estar.

Entré a mi coche y conduje de vuelta a casa. Era imposible que las lágrimas no salieran. Todo este dolor que siento, no se lo deseo a nadie.

Una vez que llegué a casa, sin poder más, me derrumbe ahí en el coche. Mi corazón dolía tanto que no podía soportarlo. Me agarré a llorar como si no hubiera un mañana. Le suplicaba al cielo que la dejara conmigo, que no se la llevara. Le pedía a quien sea que me escuchara, que la dejara a ella y me llevara a mi.