¿My Bad Boy? (Kim Taehyung y Tu)

Cerezas.

𝙩𝙖𝙚𝙝𝙮𝙪𝙣𝙜;;

2 años atrás...

Estaba frente a la casa de los Min. Apenas habían pasado unos pequeños meses desde que la universidad había comenzado para mi, y en ese corto tiempo conocí a Min YoonGi que rápidamente se volvió una persona clave en mi vida. Pasamos muchas cosas juntos, y se convirtió de inmediato en mi mejor amigo. No importaba si no llevábamos largos años de conocernos, ya había vivido más a su lado que con cualquier otra persona.

Deseaba organizar una fiesta sorpresa para su cumpleaños número 18, el más importante de todos. Me contó que nunca tuvo una de pequeño y ahora que ha crecido odia sus cumpleaños, como si de un trauma se tratase. Pero esperaba volver este año alegre para él, aunque sea por una vez en su vida.

La señora Min abrió la puerta, dejándome ver su casa tras su espalda. No era de un tamaño gigante, el ambiente se sentía algo frío y el color de las paredes era triste. No se sentía como un hogar, era solo un lugar más y ya, así como YoonGi lo había descrito.

–Buenas tardes señora Min. -Saludé y di una reverencia.

–Hola, ¿puedo saber quien eres? -Dijo amable y con una sonrisa.

La señora era más amable de lo que me imaginaba. Mi amigo nunca hablaba de su familia, parecía como si todo de ellos le molestaba o avergonzaba. Creí que su familia era un tanto más conflictiva y grosera. Pero la primera impresión, no fue mala.

–Soy amigo de su hijo, YoonGi. -Hablé aún fuera de la casa.

–Oh, me temo que YoonGi no está en casa...

–Lo sé, en realidad venía hablar con usted.

Esto no parecía un plan de una fiesta sorpresa, se veía más bien como si yo fuera a pedir la mano de aquel chico. Intenté que mi cara de disgusto no se presentara físicamente debido a mis pensamientos, no quería causar un mal entendido y hacer pensar que es por algo más. Una vez que la señora Min me dejó entrar, nos sentamos a hablar en su pequeña sala. Le conté mis plan, y ella accedió sin ningún inconveniente. No parecía que le molestara en absoluto, entonces ¿por qué nunca antes había tenido YoonGi una fiesta de cumpleaños?

La señora Min fue unos minutos a la cocina para ofrecerme un vaso de agua. Aproveché aquel momento para observar atentamente la casa. Era raro, no había fotos de ellos en ningún lado. YoonGi le fue muy bien en la escuela anteriormente y era bueno con el deporte, pero su madre no exhibía ninguno de sus logros. Era como si no existiera. Sentí un poco de pena. Algo no andaba bien, la madre de Min era amable, pero todo indicaba otra cosa.

Mientras observaba, en la escalera noté a una chica. Se veía un poco joven, aunque no tanto en realidad, podría jurar que no teníamos tantos años de diferencia.
Llevaba puesto un lindo vestido circular negro de tirantes, que le cubría un poco más de las rodillas. Estaba descalza y me miraba directamente.

Ella veía, desde una pequeña esquina. Podía sentir lo tímida que era con los demás. No quería ser vista por nadie. Era una lástima, pues no negaba lo linda que estaba.
Sus ojos eran grandes, tenía labios y mejillas rosas. Un cabello largo, negro y brillante, junto a un flequillo. Podía jurar que era sumamente tierna y angelical. Era simplemente algo que no había visto antes. Sonreí leve al verla, intentando brindar confianza y esperar una sonrisa de vuelta, pero ni siquiera tardó un segundo cuando ya se había ido corriendo.

Fruncí mi ceño. ¿Quién era ella? Se parecía solo un poco a YoonGi, por el tono pálido de la piel y la boca pequeña, al igual que la nariz. Pero, cuando pregunté sobre su familia, jamás me mencionó una hermana pequeña.

Una vez finalizado mi asunto ahí, regresé a casa, sin dejar de pensar en lo anterior.

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El día de la fiesta había llegado, todo salió de acuerdo a lo planeado. YoonGi no sospechó nada y de verdad quedó sorprendido. Mantuvo su rostro serio, tal y como era, pero sabía que estaba feliz. Aquel día yo llevaba una acompañante. Una alta y delgada chica, con todo el perfil de una modelo, aunque no parecía ser mi tipo, y no me agradaba su personalidad. Sin embargo, la llevé para que conociera a mis amigos y sobretodo a Min.

–Vamos Tae, ¿no nos vas a presentar a la linda chica que hoy te acompaña? -Preguntó Jimin, como siempre coqueto.

–¿Ella? Oh... Es mi novia. -Respondí.

Me eché a reír después de ello, estaba un tanto apenado por lo que había dicho.
Volteé a ver la reacción de YoonGi, pero lo que terminé observando fue el espejo detrás de él. Ese espejo llamó tanto mi atención, porque ahí se reflejaba la chica tímida que había visto el otro día.

Se veía más linda que aquella vez. El precioso vestido que tenía puesto la hacía adorable. Quedé impactado, no la esperaba ver por aquí. En su cabello tenía una trenza como una diadema. Deseé observar más de cerca su rostro y admirar cada centímetro de este. Sin embargo, solo pude notar una lágrima sobre su blanca piel, y una expresión sumamente triste.

¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba tan dolida? No sabía que ocurría, pero necesitaba abrazarla y preguntarle. Era tan pequeña y hermosa, solo quería protegerla el resto de mi vida. Podía hacerlo, sin ningún tipo de esfuerzo o reproche, solo porque mi corazón naturalmente estaba dispuesto.
Tal y como la primera vez que la observé, se marchó.
¿Cuándo iba a dejar de huir? ¿Cuándo tendría la oportunidad de acercarme?

Al parecer fui el único que la vio. Y no necesitaba que nadie más lo hiciera, quería verla solo yo. Quise detenerla, pero seguro todo se iba convertir en una situación incómoda, entonces solo me quedé quieto y maldiciendo a mi mismo por no hacerlo.

–No me dijiste que tenías novia. -Sonrió YoonGi.

–Solo es broma, es mi prima hermana en realidad. -Reí.

–Tampoco dijiste que tenías familiares tan atractivas. -Habló esta vez Jimin.

Yo solo reí y dejé que todo fluyera entre ella y alguno de los chicos. Mi prima estaba interesada en salir con uno, aunque le advertí que tenía oportunidad con los demás a excepción de Jin y Namjoon porque ambos eran gays y estaban saliendo, y Hoseok también tenía una relación pero nunca decía con quién.

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Ir a la casa de YoonGi no era como lo había pensado en un principio. Más que divertirme con él, cada día solo esperaba ansioso por cruzaeme con la señorita que vivía en la misma casa. Pero parecía que no existía. Era casi imposible verla, a pesar de que se encontraba ahí. Cuando estaba con suerte, la sorprendía escondida y mirándome. Yo la observaba a través de los espejos, el reflejo de la televisión o las ventanas. A veces incluso utilizaba mi móvil para ello, y solo una vez la llegué a fotografiar. Siempre se veía tan tierna y graciosa, ocultándose. Otros días me era más difícil y sus escondites se volvían tan buenos que no la lograba encontrar.

Sabía que me miraba, yo también quería mirarla. Pero si lo hacía, se volvería a ir.