Tal vez Chou Tzuyu no era la tipa más perceptiva del mundo, pero cuando se trataba de Myoui Mina era como si tuviera una especie de sexto sentido que la hacía saber con sólo mirarla que algo le había pasado. Mina había sido su mejor amiga por más tiempo del que podía recordar, podía jactarse de conocer a la rubia a la perfección, y por eso mismo apenas ella puso un pie dentro del dormitorio esa primera tarde de primavera, Tzuyu supo de inmediato que algo estaba sucediendo.
─Te ves rara ─dijo ella, fallando en ocultar la curiosidad─. ¿Qué te pasó?
Mina no respondió de inmediato, sino que caminó hasta donde ella estaba y se sentó a su lado, clavó su mirada almendrada en ella y tomó una profunda bocanada de aire antes de levantarse la manga de la camiseta, revelando la flor nomeolvides otrora incolora ahora llena de vida gracias a las pinceladas de tonos verdes y azules que la cubrían. Tzuyu incluso sorprendida como lo estaba, no dudó en tomar su brazo con las dos manos para examinar el tatuaje; cuando regresó la vista hacia el rostro de su mejor amiga, la encontró sonriendo y a la vez mostrando las encías como nunca antes.
─La encontré, Tzuyu ─murmuró Mina entonces, la voz ahogada por la emoción─. Encontré a mi alma gemela.
...
Era una cosa curiosa lo de las almas gemelas, o eso había pensado Minatozaki Sana toda su vida. Desde niña se había encontrado fascinada por la silueta de la golondrina que adornaba la piel de su abdomen, preguntándose quién y cómo sería la persona que algún día la llenaría de colores, contando los días para eso. Si bien ella soñaba con conocer a ese alguien especial, más soñaba con esa maravilla mágica del destino que haría que su piel adquiriera los tonos de su color favorito y el de su alma gemela, formando una combinación perfecta. Las veces en las que había pintado el tatuaje por su cuenta con sus acrílicos eran incontables, aunque ni en sus mejores momentos había logrado nunca una combinación tan hermosa como la que Momo tenía ahora en su brazo.
─¡Ah, estoy tan celosa! ─se quejó por millonésima vez la pelirosa en lo que iba de la semana, admirando el tatuaje de su compañera─. No puede ser que tu tatuaje tenga color y el mío no. ¿Qué se siente?
─¿Cuántas veces más me vas a preguntar lo mismo, Sana? ─preguntó Momo con una risita sutil, mirando también su antebrazo mientras inclinaba levemente la cabeza. Desde que lo traía con colores, siempre estaba de buen humor─. Ya te dije, se siente un calor extraño y cosquillas.
Sana bufó inconforme con la respuesta, la misma que Momo llevaba dándole desde el día en el que llegó a la tienda con la sonrisa más radiante que jamás había visto en su rostro. Sabía que el testimonio de Momo no se acercaría ni a años luz de realmente vivir la experiencia, pero de todos modos ella esperaba una explicación un poco más profunda que "sentí la piel caliente y un cosquilleo". Aún así, se limitó a suspirar y retomó la tarea de contar el dinero recaudado en el día. Momo apartó el brazo y siguió barriendo el local, y Sana podía jurar que era la primera vez que la oía tararear.
─Tal vez ella pueda darte una mejor respuesta ─soltó casualmente la azabache pasado un rato de silencio, apoyando el mentón en el palo de la escoba─. Voy a encontrarme con ella en un rato, puedes venir si quieres.
─¿Lo dices en serio? ─dijo la pelirosa sin dar crédito a lo que oía, y sonrió cuando Momo asintió con la cabeza a modo de respuesta─. ¡Qué estás esperando, apúrate y termina de barrer!
─Oye, que es mi alma gemela, no la tuya ─bufó la azabache, abultando los labios─. Sólo... no la espantes, ¿de acuerdo? No te emociones demasiado, Sana.
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polychrome. | satzu
FanficSana amaba los colores pero más la amaba a ella. ⾕- ̗̀ soulm﹢menc. mimo. ⾕- ̗̀ adaptación © Pralim_