Memorias Rotas

15 10 28
                                    

Hace frió, tienen unas mantitas cubriendo sus cuerpos. Ambas chicas se levantan y se sientan para conversar un poco.

—¿Veamos una película? —pregunta ella.

—P-pero tengo que volver a casa —responde la rubia mirando al suelo.

Con ambas manos ella agarra a la bajita de la cintura, gracias al gimnasio tiene bastante fuerza en los brazos. Obligada, lq sienta en su regazo y la afirma fuertemente por la cintura.

—Te quedas hasta que termine la película —dicta.

—Dejame ir por favor, mañana me quedo aquí contigo amor —pedía a suplicas.

—¡Te quedas - acá - hasta que termine la puta película! —grita tan fuerte que la bajita termina llorando en silencio. —Responde bebé.

Sorbe un poco su nariz y tranquiliza su diafragma. —Si mi amor.

¿De verdad la ama?, claro que la ama, todo lo que hace lo hace por su bien.

***

—¡Que te he dicho sobre hablar con las demás personas! —ella le agarra su delgado brazo y lo apreta con fuerza.

Su brazo se pone rojo, sus ojos lagrimean y la chica grita del dolor.

—Q-que n-no lo haga. Por favor suelteme —su ceño se frunce. ¿De verdad está enamorada?, sí, está muy enamorada.

La mano derecha de ella choca con la mejilla de la rubia. Esta cae al suelo, sobando su cara.

—¡¿Por qué lo hiciste?! —tiene un ataque de celos, su chica no debe hablar con más gente, no puede, es suya, solamente suya.

—Te-tengo un trabajo-un trabajo en grupo —junta ambas manos en forma de rezo. —Por favor no me pegues, te lo suplico —cierra sus ojos bruscamente.

Ella agarra el mentón de la chica, le da mucha ternura y placer ver a la rubia suplicando en el piso. Acaricia suaveme su mejilla y le dedica una media sonrisa.

—Está bien bebé, pidamos comida ¿Hmm? —la mira con delicadeza y ternura. —¿Hmmm? ¿Ya bebé? —deja un casto beso en los labios de la contraria.

La comida llega y la bajita la recibe, está tan nerviosa que se le cae por accidente. Solo espera que ella no se haya percatado.

***

El sol está camuflado por las nubes. Es un día templado, no hace ni frío ni calor.

El auto está a una velocidad moderada, se encaminan al cine. La chica detestaba ir al cine, ya que ella le ponía muchas reglas.

—Recuerda que tienes que estar siempre a mi lado ¿Sí bebé? —mira al asiento del copiloto. —Y si hablas con alguien te irá peor en la casa, recuerda las reglas —acaricia suavemente la mano de la bajita. —Responde.

—Si mi amor.

Bajan del auto y caminan al cine. La chica agarra con fuerza el brazo de ella. Tiene miedo, miedo de que ella le pegue llegando a la casa. Tiene miedo de cometer algún error y terminar pagándolo muy feo.

***

—Amor me tengo que ir —informa la bajita con su mirada en el suelo como a ella le gustaba.

Recibe un golpe como respuesta. ya no llora, no porque no quiere, sino que de verdad ya no puede llorar.

—¡Te quedas aquí! —demanda.

—p-pero mi mam–

—¡Tu mamá qué! ¡Te quedas conmigo!

Ella la sube a su regazo y le pellizca dolorosamente la espalda. La rubia termina llorando por el dolor en su torso.

Ya no aguanta, lo único que quiere es irse y nunca más volver a verla. Pero, la ama, sabe que la ama más que a nada en este mundo.

***

Ella está en la plaza, viéndola. Se ríe, ¿por qué la chica es tan torpe?, se le había caído una carpeta, obviamente se la va a devolver.

Toca la puerta tres veces hasta que sale la chica. Está con una toalla en su cabeza y el celular en la mano.

—Hola, buenas tardes, se te cayó esto en la plaza y te lo vine a entregar —le extiende la carpeta.

La chica lo revisa, son los informes que tiene que entregar mañana. La observa, está segura que la ha visto antes. Se parece a la chica de la plaza, o a la de la micro, a la de la cafetería, a la del centro comercial, o a la del casino. No quería creerlo pero una parte de sí sabía que era cierto. 

Le llega un mensaje de su amiga, acaba de cancelar la salida al cine de la tarde. ¿No sería tan extraño invitar a la chica que te devolvió la carpeta al cine? ¿Verdad?

La rubia nunca averiguó como ella había conseguido su dirección.

***

La chica se encuentra cocinando y ella aprovecha para revisar el celular de la rubia.

Su cara hierve de la rabia que siente. Dentro de los contactos le llamó la atención uno llamado "amigui❤️❤️", claramente su chica la está engañando. Leyendo las conversaciones capta que la tal amigui le dice a la rubia que ella es muy tóxica y posesiva, eso no es cierto, ella solamente cuida y protege lo que le pertenece.

Claro porque, la bajita era suya y de nadie más.

La chica llega con el almuerzo listo a la mesa. Ella posa sus ojos en los de la contraria, su rabia y celos se transmitían, dejando a la rubia temblando del miedo.

—¡¿Quién es esa tal "amigui"?! —pregunta autoritaria. La chica simplemente agacha su cabeza y mira el cemento.

—Es una-una amiga —tartamudea.

—¡Si claro, mira como te creo! —ironiza. —¡Anda a almorzar con esa tal amigui, de seguro son dos personas con las cuales me engañas! —lanza el plato hacia el aire, efectuando que caiga y se rompa.

—Mi amor yo no te engaño. —intenta explicar.

—¡Me voy a la habitación, no subas que te irá peor! —amenaza. Enojada sube los escalones y azota la puerta al entrar.

Los ojos de la chica lagrimean, no debió hablar con su amiga, es una de las reglas y la rompió. Se siente culpable y arrepentida de lo que hizo. Llorando sube las escaleras y abre despacio la puerta del cuarto.

Ella está acostada en la cama. Lentamente se posiciona atrás y la abraza por la cintura.

—Perdón —jadea. —Voy a bloquear a mi amiga y no le voy a hablar más —llora más fuerte. Ella se da vuelta y la acerca delicadamente a su pecho.

—Ya bebé, no llores —acaricia suavemente sus hebras rubias. —te perdono, solo no lo vuelvas a hacer —la bajita asiente con la cabeza mientras abraza más fuerte a la contraria.

—Te amo.

—Yo también te amo bebé —junta sus labios en un fogoso beso mientras las lágrimas de la rubia la mojan a ella.

¿Y si es ella? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora