02. Akira nos pone... nerviosos.

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Akira abrió las puertas del comedor de par en par y con andares seguros pasó por el largo pasillo lleno de hombres sentados que habían olvidado el show para clavar su atención en ella. El estado de su cabello había pasado de estar mugroso a limpio y brillante, se podía notar de tan solo fijarse en su moño alto y los mechones rojos que caían sobre su rostro. Por cada paso que daba, producía un rastro de aroma a limón dulce, de tal forma que dejaba embobado a cada varón que se encontrase cerca.

No obstante, toda sensación de deleite fue olvidada cuando uno de ellos se percató que el ancho chándal que llevaba la fémina, pertenecía al capitán del Karasuno. Automáticamente, más de 50 miradas fueron posadas en Daichi, el cual podía notar, como sus compañeros lo estaban despellejando vivo y no sabía cómo explicarse sin ser atacado a la yugular. ¿Qué cómo y por qué tenía su ropa puesta? Bien, eso se debía a...

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- ¡¿UNA MUJER?!

- En fin ... – la chica suspiró cansada, volviendo a dejar su largo flequillo como estaba, tapándole casi toda la cara – Dejad que añada algo a las condiciones, aparte de tener cerrojo quiero la habitación más alejada de vosotros... – con el dedo jugó con uno de sus mechones y chasqueó la lengua – Quiero tomarme una ducha, hace tiempo que no me he podido asearme, ¿dónde hay un baño? – Miró al grupo de chicos que se habían quedado sin pestañear desde que había revelado quien era – ¿Hola? ¿Tengo monos en la cara o qué? Por eso no quería quedarme en un refugio lleno de hombres en plena edad del celo... – Escupió molesta – Eh, tú – posó su atención en Yamaguchi –, Pequitas.

- ¿Yo? – Se señaló así mismo.

- Sí, eres el que menos absorto está. Enséñame el baño.

- Ah, claro... – se aproximó a ella, con algo de nerviosismo por su actitud dominante.

- ¡No, mierda! – Masculló – He dejado mi moto allí junto a mi muda de cambio y todas mis cosas – se golpeó la frente –, que imbécil soy.

- No te preocupes, si quieres alguno de nosotros puede dejarte algo – procuró tranquilizarla.

- ¿Ah? – Gesticuló poniendo muy mala cara – Ni en sueños, que asco.

- Eh... ¿vale? – Se quedó impactado por tal contestación.

En cuanto la bicolor y el pecoso desaparecieron frente a ellos, muchos se pusieron a gritar eufóricos y dando saltos, como si acabaran de ganar el mayor premio posible, mientras que los más responsables intentaban calmarlos.

- ¡Dijo que le dábamos grima! – Fantaseó Tanaka movimiento los dedos de forma extraña – ¡Había olvidado lo bien que se sentía que una chica te humillara!

- ¡Por favor, que me pise la cara! – Continuó Noya de la misma forma.

- Estuve frente a una chica y le dije todas esas cosas... – los ojos de Hinata daban vueltas por el bochorno – Me siento tan avergonzado...

- Ha dicho que se iba a bañar, ¿no? – Pensó en voz alta Kageyama – Eso significa que...

Los 4 se imaginaron a la recién llegada desnuda con una expresión obscena que les hacía derivar a más cosas, cubierta de jabón y de espuma. Sus caras babeaban por esa imagen mental y el sonrojo en sus mejillas era más que notorio.

- Oh, os noto muy emocionados – habló Daichi de la nada, manteniendo un semblante oscuro que aterraba con solo verle –. Os vais calmando ya, ¿sí? – ordenó severo.

- ¡S-Sí! – Temblaron de puro miedo.

- Me parece que los quiere castrar – comentó Suga.

- Son unos primates que no controlan sus instintos, pero eso ya se sabía – aclaró Tsukishima.

☣ 𝙃𝙖𝙞𝙠𝙮𝙪𝙪!! ☠ Apocalypse  ☣ + 18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora