Comenzaré diciendo esto:
Lo que vas a leer no te va a gustar, o tal vez sí… todo depende del cristal con que lo mires. La advertencia de cajón en la que digo que esto es sólo ficción y no tiene nada que ver con la realidad y cualquier semejanza con personas vivas o muertas es resultado de la casualidad… y si encuentras que estas líneas tienen más sentido del que te gustaría no es porque así sea, sino porque al final del día la realidad y la ficción son dos cosas que no están muy desligadas una de la otra, porque producto es una de la otra y viceversa; pues se escribe ficción usando la realidad como referencia y ha sido la ficción la que ha llevado a muchos a querer llevarla a la realidad y a su realidad, y a tu realidad, a mi realidad. Y si no que le pregunten a Julio Verne si se imaginaba que se nos pegaría la gana poner nuestras sucias botas sobre la luna por haberlo leído en “De la tierra a la luna” y terminarás dándome la razón…
Y te digo que la humanidad está sobrevalorada, pues los seres humanos han aprendido a preciarse más de lo que merecen, ¿no me crees? Mira a tu alrededor y reflexiona en lo que el hombre; destructivo y desalmado, ha hecho del mundo en el que vive, del agua que bebe, el aire que respira, la tierra que pisa y todo aquello con lo que “convive”.
Los seres humanos ya no resultan tan “impresionantes” ni importantes si te pones a pensar en el hecho de que podrías matarnos a todos; y el mundo, el planeta entero encontraría la forma de restablecer el sistema. Pero no puedes exterminar a ninguna otra especie sin que el sistema empiece a colapsar, y piensa en esto la próxima vez que algún estúpido ser humano sea festejado por exterminar una especie.
Termina con las abejas y habrás acabado con la mayor parte de la polinización… pero espera, resulta que las mariposas ¡también nos valen mierda!, ahí van las flores, las frutas, la producción vegetal y tu desayuno, comida y cena de los próximos días… ¿te siguen valiendo madres las abejas?
No es tu culpa, créeme; culpa a todos los cretinos a tu alrededor (entre ellos tus padres) que te hicieron creer que eras más importante y especial que un organismo de seis patas, ¡pero vamos!, cómo no vas a ser más importante que un insecto que es productivo a las horas de nacido cuando tú serás un parásito improductivo la mayor parte de tu vida, te servirás con la cuchara grande de lo que el “pobre bicho” tendrá que ofrecerte y terminarás cagándolo una vez que tus intestinos hayan terminado con el trabajo.
A estas alturas ya deberías darte cuenta de qué va esto y en qué ánimo lo escribiré, eres libre de agarrar tus cosas y marcharte o de seguir con la lectura, pues a manera de prólogo me parecen suficientes líneas por el día de hoy.
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Hate speech
Non-FictionEs lo que es, puedes llamarlo discurso de odio, o un golpe de la realidad...