Yo critico tu vida y decido tu nueva vida

Yo critico tu vida y decido tu nueva vida parte 1

-Día nuevo, vida nueva terminada, vamos a ver quién ha muerto hoy.

Un hombre alargado con cara de cronómetro se acerca a los archivos del día 23 de febrero, de este cajón saca una carpeta con el nombre de Víctor Hernández, un joven de 45 años muerto por un accidente de coche.

-Vamos a ver qué vida tan interesante has tenido, mmm... trabajos, amor, familia, ¡Que sosos son todos los mortales!, pero bueno, vamos a ver que secretos nos escondes Víctor.-El hombre empieza a leer el archivo de su vida.

Víctor Hernández nació el 4 de agosto de 1975, en Mérida, Extremadura, en el hospital Faro del Mayab. Su parto no fue nada fácil, estuvo a punto de nacer por cesárea, pero por suerte, logró nacer sano y fuerte, cuenta su madre, que desde el primer momento en el que lo vió, se enamoró completamente de él, esa carita roja y gordita.

-Bla Bla Bla, vamos a ver algo un poco más interesante, a ver que hay por aquí... Recuerdos de preescolar, ¡Me encanta! .-El hombre pasa las páginas rápidamente.

Nuestro Víctor fue un niño bastante listo, aunque un poco traste, tiraba arena a sus compañeros y jalaba de las trenzas a las niñas, y aunque se notaba su gran inteligencia, solo veían a un niño travieso y malo. A los tres años, a Víctor le gustaba una niña, la cual para demostrar su amor, tiró a un lago, donde casi se ahoga.

-Jajaja si que era un traste el señorito Hernández, vamos a ver.... Sus primeros años en primaria.

Víctor era un niño muy hiperactivo, nunca paraba quieto, o jugaba o corría o destrozaba algo, pero los profesores veían algo en él, empezaron a notar que este niño era especial cuando quedó en primer lugar en el campeonato infantil de matemáticas. Sus padres lo metieron en un colegio para superdotados, pero iba cambiando de colegio a colegio por sus travesuras, por ejemplo, en su segundo colegio hizo explotar una bomba de pintura en el despacho del director, y también en su tercer colegio, mezclo tanto vinagre con bicarbonato que inundó todo el laboratorio de ciencias, sus padres ya no sabían qué hacer con él, pero cuando llegó a primero de la eso, de repente su actitud cambió, esto se debe a Miriam, una niña de 11 años con corazón de oro, siempre tenía una sonrisa de oreja oreja, y también estaba siempre dispuesta a ayudar a los demás, sin contar que, tenía unos ojos color avellana que atraían miradas.

-Me apuesto 20$ a que estos dos acaban juntos.-Coje una taza de té de frutos rojos y tome un pequeño sorbo. -Que gusto, amo mi trabajo, pero bueno sigamos.

Esta parejita se hicieron inseparables amigos, pero nuestro protagonista quería algo más, no solo quería ser su amigo, estuvo enamorado de esta niña dos años, pero ya en secundaria empezó lo bueno, Víctor tuvo un buen estirón, tanto físico como mental y volvió a sus "travesuras", polvos de una noche, líos, problemas con la ley, manifestaciones... Pero aunque parecía un mal chico por fuera, en realidad era una buena persona, ayudaba a los demás, escribía canciones y tocaba el saxofón, y cada vez que tenía una nueva canción, se dirigía a la residencia de su abuelo a tocar para ellos, tenía un gran talento. Cambiando de tema, al final, uno de esos rollos se convirtió en amor, se enamoró de alguien que de seguro nadie se espera... ¡Miriam!, de una niña pequeña y una hermosa joven de cabellos dorados, es una de las mejores jugadores de tenis del colegio, sin tener en cuenta que es una de las mejores estudiantes.

-Buff! menudo rollo de vida, amor adolescente y todo eso, vamos a la parte en... la que perdió la virginidad, pero por suerte, aquí nuestra Julieta dejo unas páginas de su diario de cómo perdió la virginidad.- El hombre ojea las páginas buscando aquel momento tan especial que marca la vida de cualquier persona, y comienza a leer: