Cuando conocí a la mujer de mi vida, supe que daría cualquier cosa por hacerla feliz. Planeamos grandes cosas, nos amábamos como nadie en el mundo.
Creí que nada podía ser mejor en nuestra relación, hasta que un día todo cambio con la noticia de su...
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Pereira Risaralda, Colombia.
08 de febrero
Mi nombre es Alessandro Bocanegra, nací y crecí en Colombia, apegado a las raíces cafetaleras desde pequeño, mis padres son gente humilde, trabajadora y honrada. Siempre dando lo mejor de ellos para poder pagar mis estudios, por momentos los vi tan angustiados que quería dejar la carrera y trabajar para poder ayudarlos con la casa, pero la respuesta era siempre la misma. “Debes estudiar para poder tener una mejor vida y dársela en un futuro a los tuyos”
Ellos trabajan en casa de la familia Solano, mi madre como enfermera particular de la señora Solano y mi padre en la empresa con el señor Rubén. Son una de las familias con magnífica posición económica, Isabela de la Fuente y Rubén Solano son dueños de varias de las empresas más grande que procesan café.
Después de clases caminaba hasta la casa de los Solano, el señor Rubén me enseñaba lo que se hacía en su empresa, entendía todo lo que podía y ponía empeño en aprender aún más, aunque en realidad a veces yo sólo iba por una hermosa y divina razón, Lizabeth Solano. La chica más linda de todo Colombia.
Lizabeth y yo convivimos todos los días, al principio solo hablábamos poco, después eramos amigos, pero conforme pasó el tiempo un sentimiento mutuo de cariño apareció. Nos hicimos novios a escondidas, su madre y su padre no podían vernos juntos.
Después de un año de noviazgo secreto Lizabeth se entregó a mí y en ese momento nada podía ser mejor, o eso creía yo. Dos meses después nos dimos cuenta de su embarazo, sus padres le dieron opción de dejarme pero ella no cedió, ahora vivimos en una casa muy pequeña y debo trabajar para una empresa cafetalera, en donde mi sueldo es muy poco.
A veces Liza se pone extraña, dice que es cosa del embarazo, pero otras veces creo que las palabras de su padre son realmente ciertas.
“Cuando el hambre entra por la puerta, el amor salta por la ventana”
Abril 25.
―¿Sabes lo qué significa tener un bebé a mi edad Alessandro?
―Lo sé Lizabeth, pero saldremos adelante, seremos buenos padres.
― ¿Acaso no ves la situación? No tenemos dinero, el sueldo que ganas en la mugrosa fábrica no es suficiente, miranos Alex, vivimos en un cuartucho en donde no tenemos un baño adecuado, apenas tenemos para comer, ¿Cómo diablos vamos a mantener a un bebé?
―Liza, escucha. Trabajaré dos turnos, haré lo posible por traer lo necesario, lo prometo.
―Alex, creo que será mejor no tener este bebé, mi padre dijo que podría ayudarnos a resolver el problema.
―¿Problema? ¿Acabas de llamar a nuestro bebé problema?
―Eso es, un problema, ¿sabes lo difícil que será? ¿Qué hay de nuestros planes? ¿Qué hay de mis sueños?
―Solo tendremos que esperar un poco Liza.
― ¿Esperar? ¿Esperar a qué? ¿A qué te asciendan de puesto? ¿A qué este bebé nazca en esta miseria?
―Lizabeth, ¿Dónde quedó la promesa de siempre juntos? Sé que este bebé no estaba en nuestros planes pero ha llegado y lo ha hecho para hacernos felices.
―No lo quiero Alessandro, lo daré en adopción, o simplemente no permitiré que nazca.
―No te entiendo, de verdad que no te reconozco, ¿Dónde esta mi Lizabeth dulce y amorosa, la que anhelaba esta familia?
―Tal vez esa Lizabeth se cansó de esperar lo que le prometiste, dejé a mi familia por ti, desafié a mi padre, provoque que a mi madre le diera un infarto, dejé la comodidad de mi hogar, los lujos, la buena vida, por venir ―hace una mueca de desagrado―, aquí.
― ¿Te arrepientes de haber venido conmigo?
―No, pero sí me arrepiento de no haber aceptado la ayuda de mi padre, si tan solo hubieses dejado el orgullo a un lado.
