The Other [Larry]

🍉QUINCE🍉

Narrador omnisciente

La mañana llegó al departamento de Louis Tomlinson, pero no fue la molestosa luz de un nuevo día en su cara o mucho menos el olor a dulce en su departamento lo que lo hizo despertar. Sentía que algo le faltaba, o quizá ¿alguien?; esa sensación que pensó nunca volver a tener.

No importaba que tan cansado estaba en las noches pasadas, o que tanto hubiera tratado su insomnio, si su doctor le hubiera dicho que solo necesitaba unos risos picándole la nariz y unas manos inquietas en su pecho habría salido corriendo a buscarlo. No recordaba dormir tan bien, ni siquiera cuando Heather se quedaba con él, y el cariño que le tenia era sincero. Cuando Harry estaba con él, Louis ya no necesitaba pastillas, tés, o música relajante en las noches, solo había sido una noche a su lado y sentía la necesidad de no dejarlo ir nunca más.

Empezaba a creer que Harry tenía ese don de transmitir paz a las personas con su sola existencia, y aunque le parecía injusto que el mundo no conociera ese don de su chico, sabía que le darían la razón.

Louis buscó a su acompañante entredormido en el espacio sobrante de la cama, sin embargo, solo hubo almohadas y frías sábanas. Se levantó de mala gana, poniéndose el pantalón flojo que encontró en el piso.

En la cocina Harry cantaba en voz baja una canción mientras les daba vueltas a unas tostadas en el sartén. Louis se quedó mirándolo embelesado, no sentía mariposas comiéndole el estómago o nervios, solo tranquilidad, se sentía feliz y con eso le bastaba.

–Espero que quedarme solo se compense con lo que estás preparando –dijo Louis caminando hacia el chico de risos –Buenos días, amor –lo saludó con un beso corto, prefería abrazarlo para no interrumpir su desayuno, después de todo tenía mucha hambre.

–Solo si te gustan las tostadas francesas –respondió Harry dejándose mimar, sintiéndose feliz después de mucho tiempo sintiéndose solo.

Un pensamiento atacó su cabeza, Heather, había tenido tantas mañanas así a su lado y aunque no recordaba como se sentía, si que recordaba sentirse solo cada mañana, después de que ella se fuera a su trabajo. Siempre pensó que casarse con quien amaba le traería ese amor que tanto anhelaba, besos y mimos en el desayuno, pero hace mucho tiempo que había dejado de sentirse amado. El la amaba si, después de todo era su esposa, pero ¿Louis?

Louis.

¡Dios no¡ Louis lo confundía tanto, Harry podría acostumbrarse a pasar las mañanas con él, y no soltarlo por las noches, no solo podía acostumbrarse, en el fondo lo anhelaba. Pero ¿Lou quería lo mismo? ¿Y si esos ojos azules un día ya no lo miraban? ¿Podría vivir con eso?

No sabia que sentía por su esposa, pero tenía claro que amor ya no era, ella lo había lastimado tanto con sus mentiras que Harry solo decidió engañarla con su amante. Se sentía mal consigo mismo porque él no era así, había jurado lealtad y cuidarla, ¿Tenía perdón acaso él por cometer el mismo pecado por el que la estaba juzgando?

–¡Hey! Amor se te va a quemar –habló Louis y sus palabras lo regresaron al presente. Harry sacó la tostada francesa casi quemada para ponerla en el plato al igual que el resto. Le sonrió a su acompañante dirigiéndose a la mesa.

–¿Qué es lo que me decías Lou? –dijo tratando de desviar las ideas que tenía en la cabeza

–Andas algo distraído, las tostadas francesas son mis favoritas, mi madre me las hacía siempre cuando vivía con ella, siempre extra...

–Louis, ¿Crees que soy una mala persona? –lo interrumpió sin haber escuchado lo que le estaba contando, porque , no importaba que tanto trataba el pensamiento de que el era igual de culpable que su esposa no se iba.