Mi Querido Capitán

un viento solitario

¿A que debería temer el ser humano sino es a su propia oscuridad? me quede observando aquella enorme puerta, acomodando la chaqueta de mi uniforme, las rosas en mi espalda me recordaban lo inútil que había sido durante esos tres años de entrenamiento, todos los días miraba más allá de la muralla, anhelando algo en secreto.

El capitán Ackerman y su equipo salían demasiado en excursiones, mentiría al decir que me alegraba que Krista se mantuviera entre los mejores del equipo, incluso arriba de Ymir, me senté sobre las cajas apiladas en la muralla, mientras extendía las manos sintiendo el calor de los últimos rayos de Sol.

—¿Qué es lo que ocurre contigo? —Mire a mi costado izquierdo, Ymir había estado ausente algunos días

—No sucede nada, sabes creo que fue un error —sin terminar mi oración continúe mirando el atardecer

—Es duro ¿no ?, ¿realmente estas... enamorada del capitán Ackerman? —Toco mi hombro sobándolo suavemente

—¿Cómo sabes eso? —Agache la mirada triste, observando el bamboleo de mis pies

—Por tu reacción, cuando no quedaste entre los 10 primeros —sonrió, mordiendo mi oreja para que me animara

—Oye ... Ymir, no puedes ir mordiendo a la gente —respondí apartando su rostro

—Si no se lo dices, el capitán no se dará cuenta, él es un poco bruto para esas cosas —palmeo mi hombro, con los colores pasteles en el cielo, presagiando una noche sin luna.

—Ymir, ¿Qué sabes sobre Petra Ral? —Mantuve mi mirada fija en el horizonte

Ymir era una persona directa, sabía que si pedía por su ayuda ella probablemente me extendería su mano, poseía una gran inteligencia, además de poseer el mayor archivo cerebral de miembros de las tropas en su cabeza.

—Probablemente si sean ciertos los rumores, sobre ella y el capitán —respondió secamente, por su tono de voz sabia los grandes esfuerzos hechos de su parte para no sonar desalentadora

—Ya veo, entonces no tengo oportunidad —respondí sinceramente y con un poco de decepción en mi voz

—Si me preguntas, creo que al capitán Le gusta más el comandante Smith —echo una carcajada para después irse.

gire mi vista su silueta en la muralla me causaba nostalgia, ¿a qué debería temerle? toque mi pecho con mi mano temblorosa, ¿Qué podía hacer para no pensar más ?, el viento soplando llevándose mi cabello danzando apaciguadamente, los días tranquilos ... estaba segura que pronto terminarían.

solo dos días después de que se nos indicara que deberíamos elegir un camino, en la muralla María se podía divisar movimiento y el titan colosal hizo su aparición haciendo al distrito Trost la victima de su ataque nuevamente como años atrás.

—Dense prisa, debemos defender la muralla —mire a aquellos jóvenes, que como yo vendieron su alma, había algunos del cuerpo de exploración, podía ver sus emblemas ondeando con aquella capa verde.

tomando posición, el único sonido que podía escuchar a mi alrededor era el sonido de las armas de táctica cuando expulsan el gas para avanzar, con miradas asustadizas en sus ojos, todas aquellas personas estaban dispuestas a dar su vida para vengar a la humanidad.

—Evacuar inmediatamente y auxiliar al equipo de reconocimiento —eran las ordenes más claras que había escuchado hasta ahora.

El titán había entrado por Trost, dejando un enorme hueco que debería ser reparado lo antes posible, mire nerviosa a mi alrededor, no había ninguna persona conocida cerca, podías ver los cuerpos inertes en el suelo, el corazón se me detenía al verlos y un sudor frio recorría mi cuerpo, era como estar en un trance con el cuerpo hirviendo en fiebre.