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Está lloviendo, una auténtica tormenta tejana que oscurece el cielo y hace sonar las ventanas cada vez que sopla el viento. Louis sabía que iba a llover antes de que lo hiciera; esta mañana tenía un escalofrío corriendo por su espalda y podía sentir el comienzo de un dolor de cabeza en su sien cuando se levantó de la cama. Su cuerpo siempre hace de meteorólogo antes de una tormenta y a Louis siempre le han dicho que confíe en su instinto. El cielo no tiene secretos, ¿sabes? Sólo hay que leerlo bien. Su padre solía decírselo cuando se mudaron aquí por primera vez, le advirtió sobre el voluble clima que tendría que aprender a amar.
Cree que ha aprendido a amarlo, al menos más de lo que lo hizo su padre. A pesar de todos sus discursos sobre Texas y Sterling como su nuevo hogar, su padre sólo había durado un año aquí. O una temporada, más exactamente. Ser entrenador de un equipo de fútbol de instituto te hacía ignorar el resto de los meses de un año.
Louis se sacude, aparta esos pensamientos porque nunca le han hecho ningún bien y entrecierra sus ojos a través de la lluvia que mancha sus gafas. Está sentado en las gradas, medio tapadas por un cartel que anuncia Horan's Motors, intentando distinguir a los jugadores en el campo. Ellos están corriendo a toda velocidad mientras los asistentes del entrenador les gritan desde la seguridad de un paraguas. Niall se rinde a mitad de camino, plantando su cara en el barro e ignorando a Albright cuando se inclina sobre él. La hermana de Harry, resguardada cerca del centro deportivo, también está mirando. "¡Levántate, perdedor!" A Louis no se le escapa el cariño en su voz.
"¡Pateador fuera!" grita Albright justo cuando el cielo truena sobre ellos. "¡Que alguien lo saque de este campo antes de que se ahogue un pulmón!"
Louis se apoya contra la barandilla para ver a Gemma - literalmente - desafiando la tormenta y levantando a Niall por las axilas, dejándolo inclinarse sobre su hombro. Él tiene una mirada aturdida en su rostro cuando la ve, que solo se vuelve más digna de vomitar cuando ella le da un beso mientras levanta su visera. Sería jodidamente bonito si Harry no les estuviera lanzando a ambos una mirada de muerte desde el centro del campo. En realidad, eso lo hace tres millones de veces más gracioso.
Como si pudiera sentir que se reía de él, Harry mira hacia arriba y ve a Louis en las gradas. La correa de su barbilla oculta la mayor parte de su boca, pero Louis se da cuenta de que le sonríe. Se rinde y lo saluda con su mano, luego abre su boca para tratar de advertirle; pero Harry está siendo atrapado en medio de la ola cuando la mayoría del equipo lo derriba al suelo, gritando y aullando como lobos a través del aguacero.
"En nombre del cielo, ¿qué ha sido esa actuación tan floja, Styles?" Albright se gira en el acto y se protege los ojos bajo la mano mientras mira a Louis. "El Señor me está poniendo a prueba. Tomlinson, lárgate de aquí, estás distrayendo a mis jugadores."
Louis ya está a medio camino de las escaleras y corre hacia el montón para comprobar si Harry sigue vivo. "Lo siento, señor," él le sonríe al entrenador.
