Tras la guerra santa, Saori Kido padece de una grave enfermedad que acaba con su vida. Causando un gran dolor en sus caballeros sobrevivientes, sobre todo en Seiya el caballero de Pegaso de ese entonces.
Tras años de su muerte, un nuevo dios trata...
Pasó dos días desde el accidente con la amazona de Plata. Alison a diferencia de Touma, no tenía heridas graves, así que pudo irse a su casa pero tendría que pagar los tratamientos del chico.
Su padre no estaba enterado de la situación, pues ya se había ido a su viaje de Negocios. Este echo deprimió un poco a la chica de hebras lilas, aún que ahora tenía en sus pensamientos en otro lado. Aún tenía consigo esa extraña roca o Fragmento como lo llamaban. Quería devolverselo al caballero, para alejarse de la situación y olvidarla. Pudo haber muerto y por eso no quería saber nada más de aquel chico.
Había resivido un llamado de la enfermera que cuidaba a Touma, que le notifico que ya estaba completamente curado
—¿Tan rápido se curo ese joven?—murmuro sorprendida, mientras buscaba algo para ponerse—. ¿Tendrá algo que ver con su posición como caballero?—dijo con la mirada perdida.
( . . . )
Ya había salido de su casa y se dirigía al hospital. Había optado por vestirse de manera simple, una camiseta blanca con rayas negras con una chaqueta de jean claro, una calza negra y Vans blancas.
Tomo una pequeña mochila amarillo pastel, puso su teléfono, una billetera y su llaves, también metió aquella peculiar roca. No creía que necesitaría nada más, así que se apresuró a salir de su casa para ir al hospital. Camino a paso rápido, no quería tardar tanto en llegar a dicho lugar para ver al joven de hebras naranjas.
—Hay papá—suspiro Alison—. ¿Por qué te fuiste? En estos momentos te necesito más que nunca—dijo para si misma.
El padre de Alison no siempre tenia tiempo libre, para gastar en ella. Siempre estaba trabajando, y cuando volvía a su casa siempre estaba muy cansado. Aún que los escasos momentos que pasaban juntos, siempre eran muy agradables. Eso compensaba las veces que el se iba, pero aún así odiaba que la dejara sola tanto tiempo.
Entender la razón de porque el pasaba tanto tiempo lejos, aún así, quería que le prestará más atención pero eso quizás no pasé.
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Al cabo de un rato, llegó a la entrada del hospital. Se sintió nerviosa de repente, incluso su cuerpo había empezado a temblar un poco. Trago en seco y ingreso al edificio. El hospital era aburrido como cualquier otro. Había gente esperando a ser atendida, que por obviedad eran ignorados por los enfermeros.
Se hacerco a la recepcionista, para preguntar en qué habitación estaba el chico —Emm hola—llamo la atención, Alison.
—Oh hola, ¿Qué se te ofrece jovencita?—dijo la recepcionista.
—Estoy buscando la habitación de un chico...—pidio un poco confundida—. ¿Touma Pegasus...?
Alison dió media vuelta y rodó los ojos, mientras maldecia a la recepcionista en su mente. Se hacerco al ascensor y apretó los botones del tercer piso ala B. Jugaba con sus pies, esperando a llegar al piso al cual debía ir. Nuevamente volvió a aburrirse. después de unos minutos, el ascensor hizo un pitido y las puertas se abrieron. Salió del ascensor y camino por los pasillos del hospital, buscando la habitación.
