Dónde Jungkook es un psicópata obsesionado con chicas las cuales secuestra para convertirlas en sus propias "sexual dolls" vivientes.
Las viste, las maquilla, las esposa... para poder jugar con ellas.😏
Un día Lee Nará despierta amarrada a la merced...
Soltó un patético quejido de dolor, sus muñecas ardían, fue lo primero de lo que se percató, estaban posicionadas arriba de su cabeza, sujetadas con... con un lazo, aunque no estaba segura.
Oscuridad, es lo que podía percibir, sin embargo pequeños destellos de luz se colaban por el pedazo de tela que cubría sus ojos.
Justo acababa de despertar, se sentía mareada, dónde se encontraba? Tardó un rato en reaccionar completamente. Se movió.
Sus piernas no se encontraban atadas y podía adivinar que no vestía lo último con lo que se había cambiado ese día, esto era... Un vestido acaso?... No, algo diferente, el roce de la tela con su piel era suave, tal vez... seda?
Dió media vuelta, quedando boca abajo, lentamente movió sus piernas hasta su estómago, incandose sobre el colchón, acercó su rostro a sus manos atadas al respaldo de una cama y retiro la venda que cubría su vista.
Dió un lento y mareado vistazo por toda la habitación en la que se encontraba.
Era amplía y con grandes ventanales, era de día como supuso en cuanto despertó, la luz no era artificial.
El cuarto estaba bien decorado, como si fuera un cuarto para muñecas o princesas, no de forma infantil, más bien en forma cautivadora, hermosa y sin dudas espectacular.
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Miro hacía abajo, tocando lo que pudo de su cuerpo, la soga que detenía sus manos estaba algo floja dandole un poco de movilidad, estaba relativamente intacta, ya que se sentía como si estuviera drogada o algo por el estilo, apretó sus ropas y como lo dedujo traía puesto un camisón de seda, era de color durazno, también pudo percibir un ligero aroma a perfume, se desprendía de su propio cabello, era delicioso y sofisticado.
-Al fin despiertas bonita.
Un jadeo salió su boca asustada, volteó hacia donde la voz llamaba, tratando de enfocar con su nublada vista.
Un hombre se encontraba sentado en un sillón alejando de ella, con las piernas abiertas inclinado hacía adelante y con los codos recargados en ellas
La miraba fijamente, con una sonrisa tierna y ojos iluminados, vestía un traje ajustando completamente negro, desde los zapatos hasta su camisa y saco, su cabello era largo y oscuro, partido por la mitad, mechones caían por los lados de su cara, rosando levemente sus pestañas.
El era acaso el principe que completaba toda esta situación? Por qué sin dudas lucía como uno.
Era aquel quien venía en su rescate? La desataría, cargaría hasta su lujoso carro y huirían?
Lee Nará quiso creer eso, sus ojos estaban atentos a los movimientos de aquel sujeto, el cuál se levantó, quitándose el saco y avanzo lentamente hasta llegar a un buró con espejo y un taburete frente a el, saco una pequeña bolsa plástica y tomo un pañuelo, o eso parecía.
