Verso 2

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Un mes antes.

Nara salía de su larga jornada de trabajo, el sol sobre las costas de Busan se estaba escondiendo, hacía calor como siempre pero su fiel short y delgada camisa se encargaban de mantenerla fresca. Cerró las puertas del local y bajo la cortina que protegia el establecimiento, trabajar en una florería era agotador y aburrido, a sus 26 años su vida era un poco... Decepcionante a decir verdad.

Cuando terminó, los chicos del local de a lado, también cerraban y ellos la abordaron amigablemente como siempre.

-Es una bella sirena lo que veo? Se ha escapado del celoso mar y nos honra con su presencia?
Comentó en un intento burdo de halago.

Aunque era verdad, Lee Nara era como una sirena salida del cuento de Disney, su piel acanelada, su largo y ondulado cabello castaño claro con destellos de anaranjado y sus ojos rasgados color miel, combinaban perfecto con la imagen de aquel ser mitológico y hermoso.

-Chicos que tal les fue hoy. Mucha gente quiere aprender a bucear últimamente? Supongo que sí, por eso la actitud tan positiva cierto.
Juguetonamente respondió.

-Estamos esperando a que tú quieras intentarlo, será cortesía.
El otro sujeto propuso.

Nara era querida por todo el que la conociera, su actitud era amable y dulce, o eso aparentaba.

Después de una charla cordial, por fin se despidió de ellos.

Tomo su bicicleta, se subió en ella, acomodando su bolso y las flores que llevaba para adornar su pequeño hogar, en la canasta delantera de su fiel modo de transporte. Hecho a andar.

Transitaba por aquel malecón cerca de la playa, el olor característico salado del mar pasaba desapercibido para su olfato ó era más bien que estaba acostumbrada a el, desde que nació en este lugar, jamás conoció nada más. Nada.

Turistas abarrotaban las calles, pronto las luces de los establecimientos empezaron a encenderse, dando aquel nostálgico y romántico paisaje al lugar.

Gente de vacaciones, gente de luna de miel, gente en viaje de graduación, gente de negocios... Gente con... ambición y futuro.

Con metas y objetivos, ella carecía de ellos, solo una cosa podía llegar a su cabeza, solo una habitaba en su psique y no pretendía abandonar aquel lugar donde se albergaba. Aquella obsesión.

Nara jamás asistió a la universidad, jamás le interesó, en realidad no sentía mucha emoción por vivir... no sin su hermana, su hermosa y adorada Liri unnie, quería que volviera, que estuviera a su lado y crecieran juntas y felices, hasta ver cómo su pelo se pintara de blanco y arrugas pintaran sus rostros, pero eso sería imposible, ella no estaría junto a su hermana, nunca más.

Ni siquiera podía visitar algún cuerpo para rendirle homenaje, solo una tumba, una vacía... Así como ella se sentía.

Sus padres decidieron mudarse a Australia después del incidente con su hermana, no podían seguir en esta ciudad, en este país, con esta gente que nunca resolvió el caso de su hija desaparecida. Así que simplemente se fueron a sufrir su duelo lejos de aquí, dejando sola a su otra hija, Nora.

9 años habían pasado, su hermosa unnie tenía 18 cuándo desapareció, un día saliendo de la escuela simplemente jamás regreso a casa, la policía y vecinos ayudaron a buscar, pero simplemente no encontraron nada, en aquel entonces las CCTV no funcionaban, así que no había tanta vigilancia como ahora, después de unas semanas dieron el caso por cerrado y a su hermana por muerta, sería imposible que después de tantos días siguiera viva.

9 años  de depresión y soledad para Nara, su vida no había sido facil y probablemente nuca lo sería, solo se cocentraria en sobrevivir, sobrevivir lo más que pudiera para que sus padres no tuvieran que sufrir la perdida de su otra hija, su pequeño retoño, no podía hacerle eso a sus padres, aunque la opción siempre pasará por su mente.

Cuando por fin llegó a su viejo departamento, sintió aquella mirada observándola como cada noche, fingió ignorarla y subió las escaleras, dejando su bicicleta frente a la puerta de entrada, encadenandola en la reja de protección para que no fuera robada, al entrar lo primero que hizo fue sacarse los zapatos e ir directo a su cocina, buscando un florero, llenandolo con agua para meter las hermosas flores tigre que había traído, después prendio la estufa (para calentar ramen con una mezcla de calamares que había comprado) y también para encender un cigarrillo, puso agua en un recipiente y metió aquellos pedazos de calamar y pulpo a cocinar.

Después de cenar, se cambió su pijama, la cuál consistía en una playera larga color mostaza, lavo los trastes que uso y  prendió otro cigarrillo, aquel vicio era cada vez más fuerte, pero era lo único que calmaba su ansia. Camino hasta un buró, levantó aquella figura de bailarina y tomo la llave que se encontraba debajo de esta. Dirigiéndose a aquella puerta, que siempre permanencia cerrada, girando la manija con la llave puesta y adentrándose hacía otra noche de no dormir.

Neko-내꺼 (Jeon Jungkook) +18 Lemon/HeterosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora