The Sext Rose Of NamJoon

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Jin soltó un leve suspiro mientras se dirigía a cenar a aquel restaurante, ni siquiera volvería a casa. No tenía muchos ánimos para intentarlo, había tenido un pésimo día y no quería regresar a un lugar vacío donde nadie lo estaría esperando.

Su mente era un lío, su estómago gracias mientras que sentía una enorme presión en su pecho sin entender el porqué.

Entró a aquel restaurante, se sento en una mesa para dos, quedaba en una pequeña esquina así que no era algo llamativo.

Suspiro luego de cenar, habló levemente por textos con HoSeok. Admitía que le levantaba el ánimo de una forma inexplicable, aunque aún no entendía bien el porqué no lo había dejado del todo, quizás le había tomado cariño.

Lo cual era extraño.

Se detuvo en un florería, donde compró una rosa  de color rojo, la miro unos segundos, era extraño de alguna forma ahora. Camino de regreso a su casa, a medida que avanzaba la opresión en su pecho se hacia cada vez mayor, quería entender porqué.

Quizás era hora de hacer las cosas bien, de dejar ese lado estúpido suyo y comenzar a amar a la persona que lo esperaba constantemente en casa. Hacer qué esa persona  vuelva a esperar por él.

Saco su celular, dispuesto a llamarle a HoSeok para terminar todo de una vez por todas.

Camino con una pequeña sonrisa, quería llenar su ser de felicidad. La otra línea dejó escuchar una suave voz.

-Hola - Murmuró HoSeok acompañado de un bostezo.

Justo cuando Jin iba a hablar, no pudo.

Esta vez la rosa no fue entregada, al contrario cayó de las manos del pelinegro al ver tal escena.

NamJoon, su Jonnie estaba abrazando a alguien más,l hacia con la misma necesidad que alguna vez lo abrazó a él, se aferraba a él, buscaba más el cuerpo ajeno, se acomodaba sobre su pecho llenándose de un calor ajeno.

No, NamJoon no le pudo haber hecho eso, el sería incapaz de serle infiel.

NamJoon no era como él.

Entonces, ese significado tenían las rosas.

HoSeok llamó una y otra vez él nombre de Jin, pero este nunca respondió. Por sus mejillas comenzaron a bajar lágrimas, colgó la llamada apagando su celular, corriendo hasta ambos chicos, los separó de golpe.

-Simplemente - Jin miró al menor - ¿Por qué?.

𝗥𝗼𝘀𝗮𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora