Epilogue

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Jin apoyo su cabeza contra la pared, llevaba cerca de tres horas en la misma posición en la habitación que alguna vez compartió con NamJoon. Miraba de un lado a otro, quizás hasta en el vacío encontraba un recuerdo del moreno.

“Hyung, soy feliz contigo”

-Yo también lo era, pero no lo supe apreciar - Murmuró ante los recuerdos que llegaban a su mente.

“Hyung, ¿Tú me amas no?”

-Te amo. De verdad lo hago - Cubrió su cara con sus manos, lágrimas salían una y otra vez - Soy un idiota, un estúpido...

“Hyung, últimamente trabajas tanto, ¿Quieres besitos?”

-Quiero sentir tus labios una vez más, pero no puedo hacerlo ya - Se dejó caer sobre el frío piso abrazándose a sí mismo.

“Eres falso, SeokJin”

Quiso decir algo, quiso contestar aquella memoria. Pero las palabras no salieron de su boca, habia destruído a la persona que más le amaba, quizás el amor de NamJoon era de los más puros que existían.

Pero nunca supo cómo valorarlo.

Tampoco creía merecerlo.

Pero no quería perderlo, prefería que le arrancarán la piel a pedazos antes de perder al menor para siempre.

Sintió a alguien entrar a él apartamento, no le importaba realmente de quien se trataba, podía ser un asesino, un ladrón, quien sea que fuera, era algo que poco le importaba saber.

-SeokJin - La voz de YoonGi llegó hasta sus oídos. Levantó su vista levemente para divisar al pálido mirarlo con una expresión sería y fría.

-Puedes golpearme, si es que lo deseas.

YoonGi negó.

-NamJoon se va.

✖✖✖

Sus piernas se sentían invisibles, de hecho no sabía cómo es que siquiera segura corriendo camino hacia el aeropuerto. Quería impedirlo, podía soportar no estar con NamJoon, incluso verlo a lado de alguien más, pero nunca, podría dejar de vivir si no lo veía de nuevo.

Necesitaba disculparse al menos para dejarlo ir, necesitaba escuchar al menos aquellas palabras salir de la boca del moreno.

Solo un poco más.

Entró al aeropuerto, la multitud no le ayudaba a avanzar como era debido. De hecho, sentía que no lograba pasar de la misma sección en la que se encontraba.

Miraba en diferentes direcciones en busca de NamJoon, pero nadie se parecía al menor. En algún momento la desesperación lo había hecho llorar, aunque no esta seguro de cuándo sucedió eso.

De repente, sus pasos se detuvieron.

El avión frente a sus ojos le indicó que él no se encontraba más a su alcance, se había marcado.

Cayó de rodillas, sabiendo hasta ese instante que lo había perdido todo.

END.

𝗥𝗼𝘀𝗮𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora