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— ¿Podrías escucharme?— Habló a una distraída Yeoreum.

— ¿Mmh? ¿Qué pasa?— Volvió su mirada a Wooyoung, haciendo que este rodeé sus ojos.

— ¿Te pasa algo?

— No ... solo que estaba pensando en algo más, lo siento— El celular del chico sonó y atendió, levantándose rápido y yéndose por un problema que pasó con su hermana. Yeoreum quedó sola en la enorme casa.

Su hermano no volvía hasta más de la media noche, o eso esperaba. Desde que comenzó a tocar en esa banda, ya no se aparecía tanto en la casa o llegaba a altas horas de la noche, ella no podía decir nada porque le alegraba el hecho de que él haga lo que le gustara, a pesar de que le estresara y entristeciera un poco, estaba orgullosa de Yunho.

Los padres de ambos chicos se encontraban en otro país, eran llamados cada cierto tiempo y recibían cartas de cumpleaños o para festividades cada año, esos adultos sabían que sus hijos, ya mayores de edad, podían cuidarse entre sí.

Con 18 y 24 años, los hermanos Jeong ya podían arriesgarse a enfrentar el afuera todos los días, sin ser acompañados y sin tener miedo.

Pero había un pequeño problema en la menor de la familia.

Yeoreum tenía una falta de atención y cariño enorme al no tener una figura masculina quién proteja de ella, al tener un padre tan ocupado con el trabajo y un hermano que disfrutaba de la adolescencia con amigos y ahora tenía una banda que no lo dejaba descansar nunca ... llegaba a ser algo triste en su vida.

Con muchos pensamientos acompañándola a la par del gigantesco sueño que ya aparecía, fue a su habitación para poder caer en la cama y dormir pacíficamente. El último año de secundaria estaba por terminar y agradecía eso, una carga menos para su vida desinteresada.

Siete de la mañana y ya estaba en pié con el uniforme puesto y las cero ganas de vivir que tenía en ese momento

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Siete de la mañana y ya estaba en pié con el uniforme puesto y las cero ganas de vivir que tenía en ese momento. Bajó las escaleras y fue a la cocina por cualquier cosa que sea comestible, en 30 minutos tenía que estar en el establecimiento escolar.

Su hermano estaba en la casa y se dió cuenta porque la llave de su motocicleta estaba en el llavero y pertenecías de él se encontraban en el sofá, junto con las de alguien que no reconocía. Sin darle importancia, encontró un postre en la heladera y lo comió gustosamente. Chocolate con almendras y fresas, delicioso.

Los pasos de alguien acercándose se escucharon, pensó que Yunho venía, era el único en la casa.

Pero alguien más apareció en en la puerta. Cabello negro, mirada de gato y torso descubierto, Choi San.

— Yeoreum.

— San— El chico con el que no se llevaba para nada bien, o eso creía. Su relación no era tan buena, la primera reacción de ambos no generó ningún sentimiento alguno, tampoco sentían emoción al verse. Nadie sabía el por qué de esa forma de llevarse, ni ellos mismos sabían— ¿Qué hacés acá?

— Me metí por la puerta trasera a robar pero como me dió sueño, fui a la habitación de tu hermano y dormí allí— Ese sarcasmo para nada bueno. La chica rodeó sus ojos y guardó el postre en su lugar para poder salir de allí, aunque algo impidió el paso y ese algo era San— ¿A dónde vas?

Lo miró de reojo— ¿No ves?— "¿Mí uniforme está de pinta o qué?" Pensó Yeoreum.

— No, soy ciego— Tapa sus ojos y eso hace que Yeoreum largue una irónica risa.

— Mejor te corrés porque tengo que ir a cumplir mi rol de "alumna ejemplar" y te vestís porque no estás en tu casa— El chico no hizo nada más que irse a la habitación de Yunho y la chica agarró su mochila y celular para salir de la casa en dirección a la escuela, que buen comienzo mañanero.

© doubleknottttt

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐈𝐒𝐒𝐔𝐄𝐒 - choi sanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora